La Razón
La Razón
17/11/2003
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El Presidente da señales, y a él le dan condiciones

TREGUA En este mes, Mesa se acercó a la gente que se movilizó en La Paz y El Alto. En Tarija, quienes exigen exportar el gas piden señales suyas.


Desde el primer minuto como Presidente de la República, Carlos Mesa intentó la reconciliación entre los bolivianos prometiendo cumplir las principales demandas que movilizaron a miles de personas en septiembre y octubre en parte del occidente del país.


Respecto a la reconciliación, Mesa en su primer discurso dijo: " Bolivia es una nación compleja, plural y diversa y sólo sobre estos dos conceptos sumada la unidad seremos capaces de preservar la integridad".


Sin perder tiempo al día siguiente de su posesión, (sábado 18), Mesa prometió, en El Alto, justicia para los muertos de los conflictos, (al menos 59 según el Defensor del Pueblo). "Ni olvido ni venganza, justicia", aseguró.


Al domingo siguiente, en un acto, es reconocido por las Fuerzas Armadas. Ambos responsabilizan al poder político por la violencia. Ya el lunes, en un acto histórico en plaza San Francisco el Mandatario se reúne con Jaime Solares (COB), Felipe Quispe (CSUTCB) y Roberto de la Cruz, dirigentes que anuncian que le darán una tregua, aunque lo condicionan a medidas radicales.


Las condiciones no terminan allí. La comunidad internacional en Palacio de Gobierno, le dice, el martes, que debe mantener el 21060, sacarle provecho al ALCA y mantener la erradicación de coca ilegal.


Luego de una semana, el martes 29, Mesa contenta a los cívicos cruceños y les promete que debatirá las autonomías regionales. Un día después entrega decenas de títulos en la población cruceña de San Julián.


El primer viaje como Jefe de Estado al exterior lo hace el domingo 2 de noviembre a Panamá. A su regreso, y gracias a una escala técnica, aprovecha para reunirse con su homólogo peruano, Alejandro Toledo, con quien acuerdan "desgasificar" las relaciones entre ambos países.


Dos días después, el jueves, el Congreso le pone la primera zancadilla a Mesa. El MAS y la NFR con el apoyo de otros parlamentarios del MIR y MIP aprueban un anteproyecto para modificar el Código Tributario. Hecho que el Gobierno rechaza por ser atentatorio contra los intereses económicos del Estado.


El viernes 7, el Ejecutivo pide donaciones por 98 millones de dólares para pagar sueldos y aguinaldos de fin de año. Sin embargo, aún no ha visitado Tarija, que reclama la exportación de gas por Chile.


POSESIÓN El 17 de octubre, Mesa juró como Presidente.

ACERCAMIENTO Reitera sus promesas el 20 de octubre.

TÍTULOS Fue a San Julián donde entregó tierras.


Los líderes sociales radicalizados


Evo Morales (MAS) El parlamentario cocalero insiste desde septiembre en la derogación del decreto 24806, porque "entregó la propiedad de los hidrocarburos a las transnacionales" y exige el cese de la erradicación de la coca ilegal. En los últimos días criticó al presidente Mesa por sus declaraciones en el exterior. Organiza encuentros y viaja constantemente al exterior.


Felipe Quispe (CSUTCB) El diputado indígena no dio tregua a Mesa. Le critica por su lentitud y dice que se equivocó desde el principio nombrando como ministros a personas incapaces. Sin apartarse de su actitud, abandona reuniones con los ministros y los insulta. Quispe pide la reactivación del agro y para conseguirlo anuncia más protestas desde las comunidades.


Jaime Solares (COB) El dirigente minero denunció que el gonismo aún está en las esferas de poder. Pide que los gobernantes y legisladores se reduzcan sus sueldos hasta un 70 por ciento.


Coincide con el MAS en la necesidad de derogar el decreto 24806. Duda del Presidente y manifiesta que el movimiento sindical que le responde podría derrocar al Primer Mandatario.


Roberto de la Cruz (COR) Es el más radical de los dirigentes. Dice que para ellos este período no fue de tregua sino para recargar energías y continuar con las movilizaciones para, "extirpar la casta maldita de los políticos". Se refiere a Mesa como, "la misma chola con otra pollera" y anuncia movilizaciones mucho más explosivas que en octubre. Llegó a plantear el cierre del Parlamento.


Entrevista

Imponer plazos es ponerse la soga al cuello


Alfonso Ferrufino, es Ministro de Gobierno del gobierno de Carlos Mesa G.


En este primer mes de gestión, ¿qué es lo que este Gobierno le dio al país?


Lo principal que debemos rescatar es el clima de relativa paz social que vive el país desde que el Presidente (Mesa) asumió el mando de la nación. Se está propiciando un reencuentro entre los bolivianos, un reencuentro entre los sectores sociales y el Estado. En los días violentos de octubre se rompió esa relación, luego de 30 días la gente empieza a creer en el Gobierno. No obstante, debo admitir que aún existe un clima de incertidumbre, ya que existen brotes de tensión y conflicto como la toma de tierras en varios lugares del país; esto muestra una lógica preocupante, son fuentes de acción que generan un clima de tensión.


¿Qué prioridades tiene el gobierno de Carlos Mesa?


El Gobierno está empeñado en cumplir sus promesas y compromisos. Es por eso que el presidente Carlos Mesa está trabajando para cumplir lo que prometió a la población el día de su posesión, que son las demandas que salieron de las protestas: el referendo, una nueva Ley de Hidrocarburos, además de la Asamblea Constituyente, tema para el que ya se entabló conversaciones con el Congreso y que marcará nuevos perfiles para la Constitución, para la estructura gubernamental y la institucionalidad de la democracia. Creemos que otro paso fundamental es el impulso decidido que este Gobierno le ha dado a la lucha contra la corrupción con el nombramiento de una Delegada


Presidencial. En este lapso adoptamos nuevas definiciones de gestión pública y una actitud diferente con la sociedad.


¿Qué está haciendo el Ejecutivo para mantener la tregua con los sectores sociales?


Todas las situaciones de conflicto están siendo tratadas con una fuente de diálogo, estamos discutiendo todas las reivindicaciones y atendiendo todas las demandas que se presentan en el marco de la ley. Creemos en el diálogo y en la legalidad y en este marco, y bajo la competencia de la Constitución Política del Estado, actuaremos respondiendo a las demandas. Existen algunos movimientos que actualmente están dando intensa conflictividad al país, es el caso particular de los cocaleros de Caranavi (Yungas) o del Movimiento Sin Tierra. Queremos recalcar que todas las demandas legítimas se atenderán con diálogo.


¿Qué opina de los plazos que varias organizaciones le están dando al Gobierno?


Entrar en los plazos, en una situación como la que vive el país, es entrar en una lógica perversa. Recordemos los días de la UDP y los plazos de cien días que no llevaron a nada. Poner plazos es poner la soga al cuello. Todos los bolivianos debemos ser conscientes de la grave crisis que no es coyuntural, sino estructural. Cualquier compromiso en el que se tenga un plazo podría ser incumplido.


Políticos y analistas coinciden en que el principal hueco del Gobierno es la falta de un plan económico. ¿Qué dice usted?


La mala situación económica es una herencia de muchos años, porque no hubo un equilibrio fiscal ni tampoco un plan de inversión, el cual este Gobierno empezó a elaborar. Para los entendidos, un plan económico no se elabora en 1 ó 2 meses cualquiera que diga lo contrario actúa de mala fe. Un plan económico es el resultado de un profundo análisis de la crisis y sus causas y eso es lo que estamos haciendo.