TSE refuta a Quintana en tema de la consulta (EL Deber, 12-07-12)
Tipnis. Mientras el ministro plantea aplicar los resultados del referendo por una simple mayoría, el titular del Tribunal Supremo Electoral sostiene que la ley manda concertar
Marco Chuquimia. La Paz
Mientras el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, habla de aplicar los resultados de la consulta en el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), por simple mayoría, el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Wilfredo Ovando, dijo que debe haber concertación de las partes.
“La concertación es la búsqueda del entendimiento y en este caso cuando estamos en un régimen democrático efectivamente las mayorías son las que deciden, y cuando hay mayorías que deciden, las minorías deben acatar, es la ley de la gravedad de la democracia”, dijo hace dos días el ministro Juan Ramón Quintana, adelantando lo que sucederá con la consulta en el Isiboro Sécure.
Ayer, el presidente del TSE explicó que el 29 de julio empezará la consulta en todo el Tipnis y que debe concluir hasta el 7 de septiembre, cuando este ente publicará los resultados con un registro de video y de fotos sobre lo sucedido durante el proceso.
“La ley habla de concertación, no habla de acuerdo y el resultado de la concertación no se mide en términos porcentuales, la consulta debe ser como un diálogo de concertación”, refirió Ovando.
Mientras los indígenas, ratificaron su decisión de no permitir la realización de la consulta porque consideran inconstitucional la ley 222 y más aún después de que ellos firmaron con el Gobierno un pacto que dio origen a la ley 180 y que declara al parque intangible y donde no se puede realizar construcciones como la que pretende el Gobierno, una carretera a través del corazón del Tipnis.
A través de un pronunciamiento en su último día de permanencia en La Paz, los indígenas denuncian que con esta consulta, es el Gobierno que organiza los procesos unilateralmente, dividiendo comunidades y las propias organizaciones, enfrentando a familiares y comunitarios, eligiendo arbitrariamente los temas y, finalmente, decidiendo quiénes harán la consulta y quiénes serán los sujetos de ella”, denuncia el documento.
Los indígenas de tierras bajas reiteran que con este mecanismo el Gobierno “está burlando el derecho a la consulta y que profundizará, en el corto plazo, la aplicación de un modelo extractivista que supondrá altos costos sociales para el país y los pueblos indígenas”.
Pero también reiteran que no permitirán el paso de las 15 comisiones que fueron establecidas por las autoridades del Ministerio de Obras Públicas y del de Medioambiente y Aguas, que elaboraron el protocolo y que no fue de conocimiento de los propios indígenas del Tipnis porque estaban en la marcha hacia La Paz.
Los indígenas se declararon como ‘decepcionados’ por la actitud del Gobierno que fue calificada como ‘indolente’ pese a las muertes que se produjeron a lo largo de la caminata; según los protagonistas de la marcha, son siete personas en total que fallecieron en las dos caminatas que realizaron desde el oriente del país.
Sin embargo, ayer después de conocer la retirada de la marcha de las inmediaciones de palacio de Gobierno y de la Vicepresidencia, Evo Morales se declaró como ‘perjudicado’ por las protestas y dijo que no se pudo desarrollar el trabajo normal “por culpa de algunos grupos”, que bloquearon las entradas; “hemos aprendido a aguantar”, graficó Morales.
El respaldo a la marcha complicó
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, admitió ayer que la novena marcha indígena estuvo a punto de generar una verdadera crisis de Estado por la movilización nacional que causó desde la caminata anterior y por el respaldo que generó en este tiempo.
“Creo que la única movilización que podía provocar una crisis de Estado y que es la estrategia política de la oposición, era la movilización de la novena marcha indígena, pero esa movilización se fue debilitando y aislando por sí misma en el camino, por una falta de comprensión”, dijo la autoridad al realizar una evaluación de los conflictos sociales. Para Romero, existe una lenta gestión pública en territorios indígenas de tierras bajas, lo que ocasionó una ‘fisura’ en la relación con el Ejecutivo.
“Probablemente la explicación tenga que ver, de modo autocrítico, con una lenta gestión pública desarrollada en el oriente boliviano, que tiene como tarea histórica fundamental, todavía, la construcción de estatalidad en esos dos tercios del territorio boliviano donde la presencia estatal es todavía indudablemente muy débil”, explicó la autoridad.
Más adelante dijo que esta situación fue aprovechada por sectores políticos que buscan el desgaste del Ejecutivo y que su adhesión contribuyó al “debilitamiento” de la columna.
Mientras el exideólogo del MAS Filemón Escobar exhortó a las organizaciones que apoyaron la marcha, a organizarse para trasladarse al Tipnis y evitar la realización de la consulta, que según el TSE, se iniciará el 29 de este mes.
Disputa por el liderazgo indígena
Carlos Cordero / Politólogo
El Gobierno intenta disciplinar y sancionar a las bases étnicas y a su dirigencia que busca disputar el liderazgo indígena, por eso es inflexible, más rudo y los sanciona. En cambio, con otros sectores que tienen conflictos con interés económico busca resolver sus demandas y necesidades. La marcha en defensa del Tipnis se politizó porque hubo partidos que utilizaron la marcha para ganar prestigio y posicionarse políticamente, y esto fue una especie de virus que terminó por desnaturalizar y radicalizar al Gobierno.
Lamentablemente la novena marcha debe calificarse como un fracaso porque no han obtenido nada. Se perdió una oportunidad para lograr del Gobierno una negociación que favorezca a los pueblos indígenas, pero quedó en nada.
El Gobierno se valió de todo tipo de argumentos para desnaturalizar la marcha y los dirigentes del Tipnis estaban en el afán de ganar liderazgo político y mostrarse como una alternativa electoral ante las clases medias del país y la respuesta gubernamental fue muy contundente porque el presidente Evo Morales está en campaña por la relección de 2014.
Es una lección que nos debe servir para separar las cosas. Una es la reivindicación justa por el medioambiente y otra es la competencia política.