Tipnis: critican que Gobierno busque dividir y no dialogar (Los Tiempos, 2.7.2012)
El Ejecutivo dice que el Gobierno intentó ayudar a un grupo de indígenas a retornar a sus comunidades
El acuerdo firmado entre el Gobierno y un grupo de indígenas la noche del sábado y el posterior intento de desalojo de los mismos, fue calificado como una falta de respeto del Ejecutivo a la estructura orgánica de la IX Marcha Indígena. Esta opinión fue vertida tanto por la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (Apdhb), Yolanda Herrera, como por el ex Defensor del Pueblo Waldo Albarracín.
Ambos activistas coincidieron también en que esas acciones buscan solucionar el conflicto del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis) a través de la división en lugar del diálogo.
Respecto al acuerdo y posteriores incidentes, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, volvió a afirmar que fue contactado por dirigentes del pueblo T’siname-Mosetene para firmar el convenio, que entre otros puntos establecía el apoyo del Gobierno para que retornen a sus comunidades, como intentó hacerlo la noche del sábado.
El acuerdo de 10 puntos incluye desarrollo productivo y proyectos en salud, educación, caminos y turismo, además de apoyo económico para su partida.
“Conmino a que se respete la estructura orgánica del movimiento indígena”, dijo Herrera a este medio y señaló que el Gobierno actúa de forma “irresponsable” al buscar acuerdos con algunos líderes y no con el pueblo indígena de tierras bajas. También lamentó que hasta la fecha, el Gobierno no haya abierto un canal de diálogo para atender las demandas de la IX marcha.
Para Albarracín, el Gobierno actúa en la lógica de “dividir para desorientar y así no se resuelven los problemas”. Señaló que está recurriendo a los recursos menos democráticos como provocar enfrentamiento interno y división. “La ciudadanía se percata que se distanció de los referentes éticos, no se puede conducir un proceso de cambio manteniendo las lógicas de antes. Estas lógicas las podemos entender en un Goni o un Banzer”, señaló.
“Esto está creando incertidumbre, cansancio, sufrimiento”, dijo Herrera y contó que “anoche (la noche del sábado) conversé con mujeres chimanes. He constatado el temor, la incertidumbre, la confusión (de ver) a su líder firmando algo que ellos no tenían conocimiento y que luego quisieran regresar a su comunidad. ‘¡Nos estaban dejando!’, decían, estaban asustadas”.
El sábado, luego de la firma del convenio que incluía ayuda para regresar a Pilón-Lajas, zona en la que habita el pueblo T’simane-Mosetén, el Gobierno habría enviado buses y dos vehículos oficiales hasta el coliseo de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), donde están alojados varios indígenas, entre ellos los T’simane-Mosetén.
Pero puesto que quienes se encontraban allá no sabían del acuerdo, pidieron ayuda a la policía indígena cuando dos funcionarios, a los que luego identificaron como funcionarios del Ministerio de Gobierno, entraron al lugar y quisieron sacar las cosas de los indígenas y meterlas en los buses, cosa que la policía indígena y el presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), trataron de evitar.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, denunció luego que Chávez y otros dirigentes tenían “secuestrados” a los indígenas y que por esa razón se envió a dos fiscales para ayudar a liberarlos; sin embargo, cuando los fiscales llegaron y preguntaron si alguien estaba retenido a la fuerza, no hubo respuesta afirmativa y fueron echados del lugar.
“¿Cómo se puede resquebrajar así la unidad de un pueblo?” cuestionó Herrera, quien señaló que se debe comprender que para los indígenas de tierras bajas la unidad es vital pues su seguridad depende ello.
Albarracín añadió que el Estado tiene la obligación de respetar los niveles orgánicos de los movilizados porque así lo establecen las normas internaciones de Derechos Humanos y de respeto a los pueblos indígenas.
La vigilia continúa frente a la Vicepresidencia y Chávez señaló que, luego de una rápida evaluación orgánica, los indígenas T’simane-Mosetén que firmaron el acuerdo optaron por seguir en La Paz, apoyando la IX marcha, sólo habrían partido de regreso algunas mujeres y niños.
Por: Sandra Arias Los Tiempos