Repudian represión y hablan de traición al proceso de cambio (Página siete 26/09/2011)
Defensor dice que intervención policial pone en riesgo la democracia
tristeza Activistas y dirigentes sociales repudiaron el operativo contra la marcha indígena y compararon la represión con la que hacían gobiernos neoliberales y dictatoriales.
Boris Miranda / La Paz – 26/09/2011
“Evo, decías que todo cambiaría. Mentira, mentira, la misma porquería”, ése fue el estribillo que más se escuchó ayer en las vigilias a favor de la marcha indígena. La gente reaccionó con indignación ante la violenta represión policial que intentó desactivar a la movilización por el TIPNIS.
Dirigentes de movimientos sociales, activistas y artistas coincidieron ayer en que el operativo que instruyó el Gobierno contra la protesta originaria representa una traición al proceso de cambio, mientras que el defensor del Pueblo, Rolando Villena, señaló que la violencia estatal pone en peligro a la democracia.
“No consideramos que en un Estado de derecho se tenga que reprimir la libertad a la marcha y la libertad de exigir ciertas demandas. Esta acción pone en riesgo la democracia”, señaló ayer el titular de la Defensoría.
Mientras tanto, la indignación y la sorpresa por la forma en la que se quiso frenar a una movilización social fue la reacción más usual entre gente ligada a los movimientos sociales y que, en algunos casos, formó parte de la administración de Evo Morales.
“Nos ha dolido muchísimo que este Gobierno reprima a los indígenas que tienen un reclamo legítimo, que efectuaban una movilización social pacífica. La represión es más propia de una dictatura. Hemos retrocedido 20 años en una sola tarde y eso es muy doloroso para todos los bolivianos”, señaló el cantautor Luis Rico, quien se hizo presente en la vigilia en solidaridad a la marcha instalada en la plaza Mayor de San Francisco.
El grupo instalado en la sede de Gobierno fue uno de los primeros en denunciar la violencia con la que se redujo a los marchistas; un importante porcentaje de los que estaban presentes eran ex autoridades del oficialismo, entre ellos Loyola Guzmán, quien fue constituyente del Movimiento Al Socialismo.
“El Gobierno se equivocó porque debería dejar marchar a los compañeros, tienen el legítimo derecho a la libertad de movilizarse. El Ejecutivo busca imponer una solución que va a generar mayores problemas”, dijo ella.
Por su parte, la socióloga Silvia Rivera, quien junto a las mama t’allas del Conamaq inició la vigilia en San Francisco, afirmó que lo sucedido ayer es una traición al denominado proceso de cambio. “Se usaron los peores métodos para la intervención, de orden dictatorial para justificar la intervención violenta. Sacha Llorenti y Álvaro García Linera han ahorcado y asfixiado el proceso de cambio. Hemos vivido una mentira en estos seis años, una mamada”, concluyó.
La violencia para frenar marchas de obreros, mineros, campesinos o cocaleros ha sido una constante en la historia de Bolivia que parecía superada a partir de la llegada a la Presidencia de un protagonista de aquellas movilizaciones. Sin embargo, el episodio de ayer tiene características similares a las vividas en 1986, 1994 ó 2001, para recordar sólo algunos de los capítulos de violencia policial.
El operativo, por información que recibió Página Siete, sorprendió a varias autoridades del mismo Ejecutivo, pues hasta el sábado se tenía considerado que una intervención se realizaría sólo como última opción.
La única voz oficial desde el Gobierno fue emitida por el ministro de Comunicación, Iván Canelas, quien dialogó sólo con la agencia internacional Reuters. “La marcha ha sido desactivada porque ya se había convertido en un foco de violencia”, justificó.
José Ortiz, dirigente de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz, fue uno de los primeros en dar la voz de alerta poco después de las 17:00. “Nunca habríamos esperado una represión de tal magnitud de parte de este Gobierno que apoyamos con tanta esperanza”, lamentó.
ONU deplora la violencia policial
“Deploramos profundamente estos hechos de violencia, realmente lo lamentamos porque todo este tiempo hemos venido llamando a que este conflicto se resuelva a través del diálogo, pacíficamente, realmente es lamentable”, manifestó la representante de esa organización, Yoriko Yasukawa, en un contacto con la red Erbol.
La intervención policial ocurrió un día después de que los indígenas obligaran al canciller David Choquehuanca a marchar junto a ellos para romper el cerco policial que impedía su avance hacia La Paz.
Los uniformados lanzaron gases contra el campamento, lo que provocó que la gente huyera y en medio de la confusión los niños se perdieran.
Al respecto, Yasukawa dijo que la situación cerca de Yucumo es confusa y que recaban información.
La representante hizo un llamado para que cese la violencia y recordó a las autoridades en todos los niveles que tienen la responsabilidad para que ello se haga efectivo, a fin de que “se respete los derechos de las personas, la dignidad de los indígenas marchistas y que se respete la ley y el debido proceso”.
Yasukawa también pidió a las autoridades nacionales que “todo se maneje con transparencia y sin violencia”. Afirmó que esa organización hará el seguimiento a este conflicto para que se resuelva pacíficamente.