Parque Tunari: El mercado de tierras está fuera de control (Los Tiempos, 25.05.2014)
No hay un día en que no aparezcan nuevas casas por encima del límite urbanizable del Parque Nacional Tunari, la cota 2.750 metros sobre el nivel del mar (msnm). Cercado, Sacaba y Tiquipaya soportan la mayor presión de las urbanizaciones. La construcción de viviendas sencillas y lujosas es intensa.
La comunidad de Andrada, hasta hace poco una de las pocas zonas con vocación agrícola de la ciudad, se transforma aceleradamente en el nuevo vergel de familias “acaudaladas”, como son llamadas por los propios comunarios. En un recorrido por el lugar, en el extremo norte de la ciudad, se constató la existencia de una gran cantidad de edificaciones de lujo.
A pesar de las restricciones legales que existen para urbanizar el Tunari, los edificios cuentan con servicios de energía eléctrica, gas domiciliario, televisión satelital y seguridad privada. La ostentación es una característica de las nuevas viviendas, hechas con verjas de fierro forjado, puertas eléctricas y materiales de primera calidad.
La comunidad de Andrada, colindante con la urbanización Lomas de Aranjuez, también se ha convertido en un depósito de escombros. Los promontorios de desechos son otra señal del crecimiento urbano, que amenaza a los acuíferos y expone a la ciudad a más desastres naturales.
En Andrada, la tradicional vivienda campesina ha comenzado a ser reemplazada. Los pobladores que aún se dedican a la agricultura y la ganadería han optado por amurallar sus propiedades. Las casas de adobe y teja son escasas frente a las de ladrillo.
La situación es similar en las urbanizaciones Santa Cecilia y Guadalupe, ubicadas en el Cercado. Ambas están emplazadas sobre las principales fuentes de acuíferos, según los estudios hidrológicos. Al menos, cinco líneas de micros, buses y taxitrufis brindan transporte a esas zonas con precios de 1,90 y 2,50 bolivianos, dependiendo de la distancia recorrida.
La ocupación del Parque Nacional Tunari en Sacaba se manifiesta en la expansión por encima de la cota 2.750 de las urbanizaciones: Ferroviario, Fabril y Tacoloma. El trabajo, de construcción y la apertura de calles, es intenso pese a la existencia de un letrero instalado en el límite de la cota 2.750 por el Sernap que dice: “Prohibido terminantemente la venta de lotes y construcciones dentro de los límites del parque” a costa de ser “severamente sancionados”. Los trabajos de construcción continúan en la urbanización Ferroviaria.
En un recorrido, se constató la edificación de más de un centenar de casas de ladrillo sobre lotes de más de 300 metros cuadrados, cuyas paredes llevan el nombre del propietario y exhiben números telefónicos de contacto para acceder a la compra y venta de lotes en la zona.
Según un dirigente ferroviario, que pidió reserva de identidad, la urbanización tiene más de 500 lotes “ilegales”. Añadió que el sector consiguió los servicios de alcantarillado y luz sin contar con licencia ambiental.
La sección es más crítica en el municipio de Tiquipaya, en la zona de Miraflores; en Quillacollo, en Bella Vista y en Vinto en el sector de Potrero. En muchos casos las edificaciones se encuentran en los bordes de ríos, quebradas e incluso dentro de las franjas de seguridad de las torrenteras.
Los precios
El mercado de tierras para fines inmobiliarios dentro del PNT se manifiesta en una permanente oferta y demanda clandestina e ilegal de terrenos. En los alrededores de las Lomas de Aranjuez, el metro cuadrado de tierra llega a costar hasta 200 dólares. Entretanto, en Sacaba el costo es de 50, un terreno de 300 metros está en 15 mil dólares.
Los comunarios de Puntiti dijeron que la oferta desmedida continúa en las alturas. En ese sector, el metro cuadrado de tierra “ilegal” se vende en 10 dólares y el “legal” en 20 y 30.
Al comercio de tierras se suman dos maneras de ocupar el Parque Nacional Tunari. La primera consiste en la “aparición” de comunarios que aseguran ser herederos de tierra de “uso común”. La segunda es la parcelación y venta de terrenos por terceros y por los mismos comunarios de las alturas.
En el negocio de la tierra también ingresan algunas constructoras, inmobiliarias, grupos de abogados e incluso las alcaldías que agilizan trámites, establecen contactos, realizan o ejecutan diseños e incluso ofertan lotes dentro del PNT, según versiones de algunos vecinos.
LA HUELLA URBANA REDUCE LOS ACUÍFEROS
Carmen Ledo | Directora del Ceplag-UMSS
La cota 2.750 ha sido pensada como un cinturón ecológico que sirva para generar los pulmones ecológicos, el respiro y la recarga de acuíferos. Pero, también es vital para evitar que el cerro se desmorone y la mazamorra tape a toda la gente. De pronto todo esto se ha convertido simplemente en silencio y nuevamente las víctimas son una gran cantidad de gente que necesita tener un lugar donde vivir.
La tierra no debe estar sometida a un libre mercado, de oferta y demanda, donde lamentablemente los mercaderes de tierras que venden y revenden sin ninguna conciencia a gente que las necesita, están tan libres y no tienen ningún tipo de sanción. El gran drama es de vivienda. Ese drama se tiene que resolver y para eso está el Estado (…) Los efectos de no respetar la cota se traducen en que se nos puede venir el cerro. A ello se suma que el parque es tan grande que de hecho representa la zona de recargas hídricas en un 40 por ciento. Sin embargo, ya hemos impermeabilizado las mismas. Viendo los datos de las 19 mil hectáreas de la huella urbana estamos casi bordeando el 50 por ciento. En la zona metropolitana la situación es terrible. Si no se hace nada, el año 2036 habremos llegado a impermeabilizar casi todo el acuífero y a perderlo todo. Es decir, 35 mil de 48 mil hectáreas estarían secas. Ese es el peor escenario, lo más nefasto que pudiera suceder si no se hace nada (…) En un país donde se busca el vivir bien no puede ser que sigamos en esto. Mucho más cuando nosotros pensamos que detrás de todo este sufrimiento está la vivienda. La dignificación del buen vivir tendría que ser la dignificación de la vivienda, en su sentido global e integral con los servicios básicos.
SEGÚN ESTUDIO DEL CLAS-UMSS
Hay casi 5.000 viviendas por encima de la cota 2.750
El Centro de Levantamientos Aeroespaciales y Aplicaciones SIG para el desarrollo sostenible de los recursos naturales de la Universidad Mayor de San Simón (CLAS-UMSS) estableció en un estudio denominado “Desarrollo para la gestión integral del Parque Nacional Tunari” que existen 4.568 lotes sobre la cota 2.750, por encima del límite urbanizable. El estudio da cuenta que el 65 por ciento (2.963) no cuenta con registro catastral; entretanto, el 35 restante (1573) tiene documentos. Añade que del total de predios, el 60 por ciento pertenecen a Cercado, el 17,79 a Sacaba y el 12 a Tiquipaya.
Según el CLAS, el panorama se complica puesto que sólo en Cercado, Sacaba y Tiquipaya existen al menos 47 urbanizaciones con 1.455 predios sobre la cota 2.750 del Parque Nacional Tunari.
10 $us
Es el precio del metro cuadrado de terreno considerado “ilegal” en las alturas del PNT. Sin embargo, en otros sectores asciende a 20 y 30 dólares.
200 $us
Es el precio del metro cuadrado en alrededores del sector de Lomas de Aranjuez. Los comunarios aseguran que sólo “gente adinerada” construye en la zona.
18.919
Hectáreas de tierras fueron consumidas por la mancha urbana. Es decir, que el 40 por ciento de las urbanizaciones está sobre los acuíferos del PNT.
70%
De los acuíferos serán cubiertos por el crecimiento de la mancha urbana para el 2036, según una proyección de la directora del Ceplag, Carmen Ledo.