La resistencia indígena se instala en seis zonas (El Deber, 2.8.2012)
Tensión. En Gundonovia un alambre corta la circulación por el río Isiboro. También Nueva Trinidad, San Vicente, Puerto San Lorenzo, Concepción y Puerto Totora cierran el paso al Gobierno en el Sécure
Pablo Ortiz. Gundonovia
Gundonovia no se dejó seducir por el Gobierno. La capital del Isiboro, la puerta del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure es una de las comunidades más grandes que viven en el parque y allí ha fundado su ‘cuartel’ la resistencia a la consulta del Gobierno a si la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos debe atravesar el corazón del Tipnis. Por medio de una radio, tres veces al día se comunican con el resto de las comunidades del territorio y así se pudo saber que hay seis puntos de vigilia que tienen el propósito de no dejar pasar a las comisiones del Gobierno por los ríos Isiboro y Sécure.
Si en Gundonovia un alambre corta la circulación por el río Isiboro, Puerto San Lorenzo, Concepción, Puerto Totora, Nueva Trinidad y San Vicente han decidido cerrar el paso al Gobierno sobre el río Sécure. A través de una vieja radio, los vecinos de Limoncito han pedido ayuda, ya que la comisión del Gobierno que debe realizar la consulta llegó a la comunidad y pretende instalar la consulta hoy. Piden que los dirigentes lleguen hasta allá para impedirla.
Ayer, dos comisiones de dirigentes salieron por el río Isiboro y por el Sécure. Bertha Bejarano, presidenta de la Central de Pueblos Étnicos Moxeños de Beni, encabeza una comisión que ya se encuentra en San Pablo del Isiboro y desde allí tratará de llegar hoy hasta Limoncito. La acompañan otros dirigentes y corregidores del Tipnis.
Arnaldo Yujo, directivo de la Subcentral del Tipnis, encabeza la otra comisión que salió hacia el río Sécure y que llegará hasta Puerto San Lorenzo.
También se ha recibido apoyo desde las comunidades de San Antonio, Coquinal, San Ramoncito, Santa María, Villa Hermosa y San Pablo, que se niegan a recibir cualquier comisión. “Las comunidades se están desplazando hacia aquí, hacia Gundonovia. Cuando la gente llega dice que siguen firmes, que el mismo coraje que tuvimos durante la marcha se usará para defender el territorio”, dice Dora Luz Ito, dirigente del Cabildo Indigenal de Trinidad.
En la plaza y el cabildo de Gundonovia hay carpas que recuerdan a la octava y novena marchas. Indígenas y activistas unen fuerzas para evitar que la carretera parta el Tipnis. También hay dirigentes de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia. Uno de ellos es Leandro Candapei, dirigente guaraní y coordinador de la Cidob, que trata de lidiar con una tarea que sobrepasa sus fuerzas. Flaco e hiperactivo, viene de coordinar las marchas y cree que todo ese esfuerzo sería en vano si se llegara a construir la carretera.
Incluso en Gundonovia (nombre surgido de la contracción de Segundo y Senovia, los fundadores del pueblo), la lucha no es sencilla. Entre las 70 familias que la habitan hay algunos que creen que si dejan de pelearse con el Gobierno les irá mejor.
El presidente Evo Morales llegó hace unos meses a la población y ‘regaló’ una antena para celulares y motores fuera de borda. Luego aterrizó el ministro Juan Ramón Quintana para inaugurar un campeonato de fútbol cuando salía la novena marcha y regalar un barco para transporte fluvial. La embarcación aún está atracada. Dicen que no es nueva, que agarraron un barco viejo y lo pintaron y que no se puede mover porque se olvidaron de regalarlo con motores.
Niegan presunta agresión
Dos enfermeras que prestaban servicio en Gundonovia se replegaron hasta Trinidad y denunciaron agresiones de parte de los que se oponen a la consulta sobre la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos.
Según Leandro Candapei, lo que sucedió fue una fuerte discusión, ya que reclamaron a las enfermeras que alojen a militares de la Fuerza Naval. Según las leyes, los militares no pueden ingresar a los territorios indígenas sin permiso de la dirigencia y un par de soldados se hospedaban en la casa de las funcionarias de salud.
La discusión se subió de tono y las enfermeras decidieron irse sin avisar a nadie. Caminaron hasta una curva del río y abordaron una canoa que las trasladó hasta la comunidad de Copacabana, fuera del parque.
Desde allí las recogió otra embarcación y las llevó hasta Trinidad, donde hicieron la denuncia.
DESDE EL RÍO
– Gundonovia está a unos 150 kilómetros de Trinidad a través de los río Mamoré e Isiboro. En deslizador se tarda cinco horas para llegar, pero en embarcaciones más grandes se puede demorar hasta dos días. Hay un camino que solo es transitable en época seca. Por aire, está a 70 km de la capital de Beni.
– La ‘capital del Isiboro’ es una comunidad con una plaza amplia frente al río y casas separadas por amplios árboles. Hay faroles para el alumbrado público, aunque la electricidad solo es por unas tres horas por noche.
– YPFB ha instalado un surtidor en Gundonovia, por ello se puede conseguir combustible al mismo precio que en el resto del país. Los contrarios a la carretera aseguran que les cuesta convencer al encargado de que les venda combustible.