La marcha está arrinconada a 50 kilómetros de Trinidad (03/05/2012)
Tipnis. Pobladores de Oromomo, ayudados por la Gobernación de Beni, convencieron a la población de Fátima de no acoger la marcha
Pablo Ortiz. Trinidad
Arrinconados como capiguaras alrededor de un charco. Así se encuentran los marchistas que piden que una carretera no cruce a través del Tipnis. Después de caminar 20 kilómetros desde el puente Tijamuchí hasta la puerta de la estancia Cafetal, la columna de 120 marchistas armó un precario campamento y se dispuso a pasar allí la noche.
La idea inicial era caminar tres kilómetros más, hasta Fátima, el primer pueblo del Territorio Indígena Multiétnico Ignaciano (Timi), pero el sábado por la noche la comunidad recibió la visita de una delegación de Oromomo, llevada por la Gobernación de Beni (actualmente en poder del MAS en alianza con un emenerrista disidente) para que convenzan a las comunidades de no recibir a la marcha.
Según un profesor de Fátima, los emisarios de Oromomo, una de las comunidades del Tipnis visitada por el presidente Evo Morales, aseguraron que los que encabezan la marcha ya no son dirigentes del Tipnis y que han saqueado la TCO vendiendo árboles de mara. Les aseguraron que sus comunidades viven en la extrema pobreza y que la carretera les dará el progreso. El educador explicó que esas palabras convencieron a los habitantes de Fátima, que accedieron a no alojar a la marcha en la escuela de la comunidad.
El presidente de la Cidob, Adolfo Chávez, lamentó el contratiempo, pero confía en que las penurias fortalezcan la marcha.
Y mucha fortaleza necesita. La jornada de ayer fue durísima. A las 8:00 ya habían desarmado el campamento sobre el Tijamuchí, pero solo a dos kilómetros de allí debieron enfrentarse a un tramo de carretera convertido en curichi. Fue una caminata de 150 metros a través del barro. 15 mujeres y el equipo de logística debieron quedarse antes del charco para ver cómo pasar los víveres, ropa, carpas y enseres de cocina hasta el otro lado, ya que un pontón no pudo llevar el pequeño camión en que cargan sus cosas. Las mujeres se hicieron cargo de los niños y el resto siguió la marcha.
A cinco kilómetros de ahí comenzó el ripio. El agregado con el que se ha protegido la carretera entre San Ignacio de Moxos y Trinidad es grande y puntiagudo, se mete en las plantillas de los zapatos y traspasa las chinelas. La marcha se hizo más lenta con el paso de las horas. El clima fresco dio paso a un sol inclemente y, sin agua potable al alcance, los marchistas optaron por tomar agua de los ríos y de las zonas inundadas al borde de la carretera. “Es agua clarita, está limpia, se puede tomar”, dijo Bertha Bejarano, presidenta de la marcha.
De ese mismo líquido se suplieron para cocinar. Para su suerte, aún queda un poco de carne de las dos vaquillas que los habitantes del Sécure trajeron en su canoa.
Para hoy esperan mejor suerte. Saldrán a las 8:00 y quieren llegar a la comunidad de Bermejo, a unos 13 kilómetros de Cafetal. No es un tramo muy largo, pero al menos saben que ahí serán bien recibidos: es la casa de Bertha Bejarano.
A pie
– Carretera desastre. Ir de Trinidad a San Ignacio de Moxos demanda una inversión de Bs 360 solo en pontones. Se deben pasar primero los dos que están sobre el río Mamoré. Luego se debe pasar otro más antes de llegar al puente Tijamuchí, que ayuda a sortear 500 metros de carretera destruida. El último está después del Tijamuchí, a dos kilómetros.
– La marcha de los niños. Hay 23 pequeños que acompañan a sus padres en la movilización. Todos fueron juntados ayer en una especie de pequeña guardería, a cargo de unas 10 mujeres, que además debían preparar la comida para la columna. La que más aporta a esta cifra es Bertha Bejarano: viaja junto a cuatro de sus 10 hijos. El menor es un enorme, sano y risueño niño de cinco meses.
– Mejora su salud. Fernando Vargas, presidente de la Subcentral Tipnis y líder natural de la IX marcha indígena, fue dado de alta ayer del hospital Germán Busch de Trinidad. Ya no tiene fiebre y se descartó que haya sufrido dengue hemorrágico. Eso sí, le prohibieron que se sume de inmediato a la marcha y le recetaron de 10 a 14 días de reposo.
– Marcha de dos. Básicamente, la IX marcha indígena está siendo soportada por la Confederación Nacional de Ayllus y Marqas del Qollasuyo (Conamaq) y la Central de Pueblos Étnicos Moxeños de Beni (Cpem-B). El resto de las organizaciones tiene un solo representante. Se espera que se sumen otros, pero la esperanza se va disolviendo con el paso de los días.
– Llega el Cejis. La única organización no gubernamental que se ha visto acompañando a la marcha es el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (Cejis). Ayer llegaron a Trinidad el director de esta institución, Leonardo Tamburini, y el exviceministro de Tierra Alejandro Almaraz. Se mostraron preocupados por la movilización.