La geopolítica de las carreteras asigna al país la especialización en materias primas, dice investigador (PIEB, 27.3.13)
Periódico Digital PIEB • 27-03-2013 El modelo integrador que prima en la región continúa asignando el papel de productores de materias primas a los países sudamericanos, acentuando su dependencia y desindustrialización, según el investigador del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), Pablo Villegas. Los territorios deben ser accesibles legalmente y físicamente, y en este último cometido entran las carreteras, dice.
El investigador Pablo Villegas estudió el papel geopolítico de las carreteras, en parte, como una crítica al integracionismo que prima en la región: “Cuando hacemos el análisis económico de las características de los países sudamericanos vemos que las economías se han primarizado, se ha centrado de manera creciente en la producción… todos los países han incrementado su dependencia, esto nos dice de qué tipo de integración estamos hablando”.
El autor, que presenta esta semana su libro “Geopolítica de las carreteras y el saqueo de recursos naturales” (2013) con apoyo del CEDIB, explica que los países sudamericanos han asumido un camino de desindustrialización, y en los últimos cinco años esta característica primarista se ha acentuado, al margen del discurso político de los gobernantes. Los procesos de integración consideran a los países del cono sur como proveedores de materias primas, dependientes de las mercancías producidas en otras latitudes.
“Es la integración no entre países sino entre transnacionales porque la política de explotación de recursos naturales siempre ha sido, excepto periodos cortos, entregar estos recursos a las empresas trasnacionales, hacerlos accesibles legalmente y físicamente. Para ello son necesarios los caminos”, dice el investigador.
Y en esta característica entran la mayor parte de los países. El territorio chileno está totalmente concesionado a empresas transnacionales, incluido el mar para la explotación pesquera; las empresas mineras, petroleras y madereras tienen fuerte presencia en el territorio colombiano; y la mancha soyera agroindustrial atraviesa varios países entre ellos Bolivia, Argentina, Brasil.
Los capitales extranjeros tienen el respaldo de legislaciones que están por encima de las normas nacionales de cada país; se han establecido zonas transfronterizas entre Ecuador y Perú, por ejemplo, al igual que acuerdos transfronterizos de mercados energéticos principalmente de Brasil con sus vecinos. Se trata de una nueva territorialidad, dice Villegas, porque todo el territorio está comprometido con el desarrollo, la generación y el consumo de energía.
Casi siempre esto implica ceder soberanía territorial y nacional ante acuerdos con jerarquía internacional supra-estatal, pero lo que aclara Pablo Villegas es que detrás de esto están los intereses de capitales transnacionales más que de Estados o de gobiernos. El caso de Brasil se toma de manera particular en el estudio, considerando a ese país como “un puente del capital financiero, sobre todo capital financiero estadounidense y europeo”. Un puente que le ha significado crear “empresas brasileñas” financiadas con fondos públicos, que ha implicado internacionalizarlas y luego ser compradas o absorbidas por capital transnacional. Así Brasil ha logrado tener presencia con “sus empresas” en países de América Latina y África.
En Bolivia ha causado impacto principalmente la política de IIRSA, actualmente denominada Cosiplan, para buscar recursos mineros e influir en dos eventos: “la llamada nacionalización” y las negociaciones sobre el río Madera, en ambos casos para obtener hegemonía en el tema energético (hidrocarburos y electricidad), asegura el investigador.
El estudio de Pablo Villegas también hace una revisión histórica de los momentos clave en la historia del país vinculados a aspectos geopolíticos, como los tratados de 1904 con Chile o el de Petrópolis con Brasil que consolidan pérdidas territoriales; el Plan Bohan de los años 40 que abre la marcha hacia el oriente; y la política neoliberal de construcción de carreteras de 1994 que deriva en la aparición de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana (IIRSA) hacia 1994.
Referencias bibliográficas:
Minería en las tierras bajas de Bolivia. Tejada, Alicia. CEDIB. 2012.
Geopolítica de las carreteras y el saqueo de los recursos naturales. Villegas, Pablo. CEDIB. 2013.
Pablo Villegas: pablorone@gmail.com