Investigación muestra una emergencia urbana en Bolivia en el contexto neoliberal
Periódico Digital PIEB • 20-11-2017 El proceso de urbanización es nuevo en Bolivia y sucede en un contexto neoliberal, un contexto que al cambiar de la minería a la agroindustria o el gas ha modificado la estructura urbana del país, dice la investigadora en temas urbanos Escarley Torrico.
Emergencia urbana. Urbanización y libre mercado en Bolivia (2017), publicado por el CEDIB, es el documento donde Escarley Torrico hace un recorrido desde la “primera ola de urbanización en Bolivia” en los años 50 del siglo pasado hasta el impacto de la descentralización en las conformación de las ciudades.
Entre los impactos generados por esta dinámica, Torrico explica que “el principal es la urbanización ligada a la expulsión o desplazamiento de los pequeños campesinos (…), la urbanización acelerada de los años 80 y 90 tuvo que ver con las medidas neoliberales que abandonaron al campesino y promovieron la libre importación de alimentos y la eliminación de subsidios”.
El título del libro me hace pensar en una ausencia del Estado en la planificación de gestión del suelo y vivienda, ¿cuál es la característica de esta ausencia estatal en esta materia? O ¿qué provoca esta ausencia estatal?
El título en realidad debía ser “Urbanización neoliberal” pero quería poner atención en que el proceso de urbanización reciente en Bolivia, que se realizó justo bajo los términos del libre mercado, ha generado no solo cambios territoriales y poblacionales que colocan a Bolivia frente al reto de ser mayoritariamente urbana, de ahí lo de Emergencia, que tiene que ver con eso nuevo que surge (el rostro urbano de un país que tradicionalmente y hasta entrado el siglo XX fue rural), pero por otro lado, es también una alusión a las urgencias que genera esta nueva situación. Así que puede leerse en esos dos sentidos.
Ahora bien, los términos de la urbanización neoliberal no son solo de retraimiento del Estado, que no es lo mismo que ausencia, y no está solo en relación a la vivienda y el suelo, sino que tiene que ver como un modo de gestionar el espacio, tanto en lo macro (la nueva red urbana conformada en Bolivia) como en los espacios interiores de las propias ciudades.
¿Qué implicaciones para la población en general tiene esta dominancia del libre mercado en el acceso a la vivienda?
Una de las primeras cosas que notas son los cambios territoriales. Bolivia solía ser macrocefálica, pues poniéndolo en términos demasiado simples, esa era la estructura territorial que correspondía con la economía de enclave minera. El crecimiento de una sola ciudad o región ligada al mercado mundial, desarticulada del resto de su territorio. Eso por ejemplo ha cambiado, ahora tenemos otra configuración, las ciudades mineras no tienen el mismo peso o lo perdieron totalmente, y en su lugar tenemos una red urbana tricéfala y una novedad con el crecimiento de las ciudades intermedias y pequeñas. ¿Eso a qué responde? Se trata de una estructura espacial que corresponde a las medidas neoliberales que planteaban diversificar las exportaciones y tenemos el crecimiento de las zonas gasíferas, soyeras y nuevos enclaves mineros, incluso cocaleros y finalmente las zonas fronterizas como respuesta a la apertura comercial de Bolivia.
Por supuesto que esto ha venido de la mano de cambios poblacionales, el principal es la urbanización ligada a la expulsión o desplazamiento de los pequeños campesinos. Yo planteo que la urbanización acelerada de los años 80 y 90 tuvo que ver con las medidas neoliberales que abandonaron al campesino y promovieron la libre importación de alimentos y la eliminación de subsidios.
Pero el tema grande es que eso genera un nuevo tipo de presión, porque son las ciudades el nuevo escenario de la crisis, no solo del mundo campesino sino de lo que está ocurriendo en las propias ciudades en un escenario de desindustrialización e incluso pauperización de las clases medias.
Ahí la cosa se complica porque ahí sí el Estado juega un rol y ése no es de atender las necesidades que surgen de este proceso, que es de por sí muy crítico, sino de trasladar el problema a la gente porque en la visión de ese momento se trataba de acabar con el Estado paternalista.
Creo que ahí sí se comprende mejor el tema de EMERGENCIA URBANA pues tanto la política general como las políticas particulares que se aplican en ese momento son las que en cierta medida definirán el destino de las ciudades y eso es importante porque esas son las ciudades que hoy estamos habitando.
¿Qué rasgos particulares tiene el mercado del suelo y la vivienda en Bolivia? ¿Se puede hacer una comparación con otra realidad vecina?
En verdad puede ser que la política de suelo sea una de las más relevantes, pues es sobre esta base que el territorio urbano se transforma. Las ciudades bajo un sistema desregulado del suelo se expanden y disminuyen su densidad, eso significa que ocupamos el suelo de distinta manera pero esa nueva forma es en sí misma una fuente no solo de la reproducción de las desigualdades urbanas previas, que existían, no decimos que el pasado era perfecto, sino también de nuevas formas de desigualdad.
Desde Harvey sabemos que el espacio es un factor clave en la desigualdad urbana, ya que genera accesos diferenciados a los recursos y además dependiendo donde estés y dónde vivas se activan mecanismos que por la localización empobrecen a ciertos sectores. Por ejemplo el acceso a servicios, tenerlos o no tenerlos hace una diferencia enorme en términos de calidad de vida y afectar de forma diferenciada a tus ingresos. Cochabamba es el ejemplo más crudo de ello. La gente de zonas periurbanas de hecho tiene menos años de esperanza de vida y eso sin contar los efectos de estar permanente enfermo por consumir agua de mala calidad, eso solo puede empobrecerte paulatinamente.