Hay muchas dificultades para seguir a las comisiones (El deber, 30-07-12)
Tipnis. Hoy se sabrá los primeros resultados, pero se perfila el sí. El reglamento de la ley 180 les cerró fuentes de recursos. Los veedores internacionales no irán a todas las comunidades
Los pilotos benianos, especialistas en pistas cortas y en mal estado, de pronto tienen miedo de las condiciones de las pistas de aterrizaje en el interior del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure. Hasta fines de marzo de este año, cuando se realizó el encuentro de corregidores en Gundonovia, los pilotos asentados en Trinidad no se hacían problema para asentarse en algunas de las múltiples pistas de aterrizajes del Tipnis, pero ahora los indígenas contrarios a la carretera y los periodistas no pueden conseguir quién los lleve para seguir la consulta del Tipnis.
Según Marcial Fabricano, exdirigente de la subcentral Sécure y expresidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia, lleva tres días en Trinidad tratando de conseguir una avioneta que lo lleve a Puerto San Lorenzo, población sobre el río Sécure en la que se organiza la resistencia a la consulta en la zona baja del Sécure. “Nos han dicho que han amenazado a la asociación de pilotos civiles”, dijo Fabricano.
Consultado si han sido amenazados, un piloto beniano dijo que temen al estado de las pistas. Es más, cuando él decidió aceptar un contrato para ingresar al Tipnis, sus colegas lo disuadieron de lo contrario, ya que en el territorio podrían ‘flecharlo’.
También es complicado acceder por agua. Varios medios de comunicación se encuentran en Trinidad tratando de conseguir deslizadores para ir a Gundonovia, pero tardaron dos días en conseguir uno.
El que se ofreció a llevarlos, lo hizo con la condición de que no los acompañe ningún indígena, porque tienen prohibido darles servicio a los contrarios a la carretera.
Tampoco es posible seguir a las comisiones desde las comunidades. En Oromomo no hay lancha con motor para alquilar porque ya las tiene la logística para la consulta. Además, aún si la hubiera, se exige que el alquilante lleve hélices y bujías de repuesto por si algo pasa por el camino. Todo esto se suma a las dificultades y controversias de este proceso de consulta.
Unos apoyan fervientemente este proceso impulsado por el Gobierno y se muestran desconfiados con los que preguntan demasiado. Otros esperan en San Lorenzo y en Gundonovia para resistirse a la consulta. Estos últimos son quienes participaron de la octava y novena marchas.
Waldo Pizarro, un dirigente de Oromomo al que los líderes de la Cidob acusan de ser colonizador y no indígena, aseguró: “No es el Tipnis sino la Cidob la que no quiere la carretera, porque se vendió a la extrema derecha de Santa Cruz, que siempre ha sido racista y no quiere el desarrollo de Beni. Santa Cruz es la ciudad grande del imperialismo y si se construye la carretera va a quedar aislada”.
Carlos Fabricano, uno de los dos corregidores de Alto Sécure, cerró el primer día de deliberaciones con un discurso sobre las bondades del desarrollo. Sus minutos de palestra los utilizó para asegurar que los dirigentes contrarios a que se parta el Tipnis en dos por una carretera son corruptos y que en sus gestiones se vendió árboles de mara y las empresas madereras ingresaron al territorio. Esto basado en las denuncias del Gobierno.
También hablaron varios vecinos de Oromomo, todos en la misma dirección: sí a la carretera porque creen que los sacará del atraso y no a la intangibilidad, porque significa tener las manos atadas, porque quieren obras.
Veedores no confirman permanencia
Enrique Reina, representante de la OEA en Bolivia, y Pedro Sazone, representante de Unasur, fueron las dos autoridades internacionales que llegaron hasta Oromomo para presenciar el acto inaugural de la consulta del Gobierno, pero no garantizaron presencia de su personal a lo largo de todo el proceso.
Así lo dijeron ambos, quienes relataron, por separado, que no tienen personal desplegado entre las 15 brigadas que estructuró el Ejecutivo. El representante de la OEA dijo, sin embargo, que pese a no contar con personal ellos estarán en condiciones de emitir un informe después de todo el proceso y recordó que realizan la misma tarea en una elección. “Porque nosotros no tenemos un veedor para cada mesa, (…) podemos asistir a ciertas comunidades”, dijo.
Unasur, a través de Pedro Sazone, afirmó que ellos no tienen personal para la consulta, pero que estarán en algunas de las comunidades; evitó referirse a las comunidades conflictivas que recibirán a las brigadas a finales.
Los ‘veedores’ del Tribunal Supremo Electoral (TSE) son funcionarios que fueron capacitados y que tienen planillas que deben llenar en cada comunidad que visitan. Estas planillas contienen espacios para datos estadísticos, principalmente; no hay autoridades del TSE en la consulta. Durante 26 días, los brigadistas de los ministerios de Obras Públicas y Agua recorrerán las 72 comunidades que tienen en sus itinerarios y ya tienen diseñada una ruta que deben seguir; en cambio los veedores tienen el protocolo que les entregó el Gobierno y las invitaciones, según Reyna, que llegaron el viernes, lo que no les dio tiempo de organizar equipos.
Detalles
– Informalidad. En el Protocolo de la Consulta se fijó hacer la consulta a 69 comunidades, pero pocos días antes del inicio del proceso en el parque el Gobierno presentó un cronograma de visitas a 72 comunidades, aumentando tres a las que estableció el protocolo. Ayer, el ministro de Obras Públicas, Vladimir Sánchez, volvió a referirse a 69 comunidades.
– Transparencia. El Gobierno dice que la claridad e imparcialidad están garantizadas en el proceso de consulta. Así lo ratificó ayer el ministro Sánchez, desde Oromomo. Sin embargo, no hay equipos humanos de veedores internacionales con la capacidad de atestiguar todo el proceso. Y el acceso al parque por aire se ha dificultado.
– Ausencia. Ni el presidente Evo Morales ni el vicepresidente Álvaro García Linera asistieron a la inauguración de la consulta en el Isiboro Sécure.
Hay una lucha por el poder en Alto Sécure
Hay dos presidentes de la subcentral Sécure, una de las tres organizaciones que aglutina a corregidores del Tipnis y puede que termine en la fractura de esta organización indígena. Ahora los intereses de las comunidades del río Sécure se dividen entre los que viven en la zona alta y los que se han asentado en la zona baja
La zona alta, compuesta por unas ocho comunidades, responde a Carlos Fabricano, el dirigente reconocido por el Gobierno y que participó de la marcha del Conisur.
Se trata de un dirigente de Oromomo, de 33 años, que asegura que con él se acabaron los negociados en el Tipnis y que apoya y promueve la consulta
El otro sector obedece a Emilio Noza, que maneja unas 10 comunidades y que participó en la novena marcha. Ahora Noza se encuentra en Puerto San Lorenzo y desde allí se opone a la consulta.
Esta división se evidenció unas semanas antes del inicio de la novena marcha indígena, cuando el grupo afín a Fabricano tomó la sede de Alto Sécure en Trinidad. Enseguida desconocieron a Noza y comenzaron a coordinar la consulta
Ninguno tiene el control total y ambos son legítimos, gozan de apoyo en su territorio. Volverlas a unir será una tarea difícil.