Genera expansión urbana conflictos por cambio de uso de suelo (Norte Digital México, 26.05.2013)
Los cambios de uso de suelo que se presentan en los límites de la mancha urbana orillan a crear un espacio conflictivo y suburbano que provoca serios problemas ambientales
Beatriz Corral Iglesias | NorteDigital
Los cambios de uso de suelo que se presentan en los límites de la mancha urbana orillan a crear un espacio conflictivo y suburbano que provoca serios problemas ambientales, deterioran la calidad de vida de sus habitantes y generan la pérdida de nichos naturales entremezclados en el paisaje rural y urbano.
Érika García Estarrón, especialista en administración integral del ambiente, informó que los cambios de uso de suelo creados por una expansión rápida y no regulada, causan ineficiencia administrativa y perjuicios al medio ambiente que deben corregirse de manera inmediata.
Explicó que la cercanía de Ciudad Juárez con El Paso, Texas, ha definido un crecimiento urbano disperso y desorganizado en esta región.
En su trabajo de tesis titulado “El proceso de expansión urbana y su impacto en el uso de suelo y vegetación del municipio de Juárez”, la especialista da a conocer que el mayor impacto se registró en el periodo de 1966 a 1990 a consecuencia del Programa de Industrialización Fronteriza.
“Antes de eso existía una expansión física con desfases de infraestructura, desigualdades de regiones y grupos que con los nuevos usos de suelo promovidos por la industrialización aumentaron”, establece.
Después de 1990 la expansión urbana, asegura, se basó en una vertiginosa prosperidad económica y en las fuentes de empleo formal que hoy se han reducido, aunque no así la dinámica de urbanización.
Crecimiento en base a caprichos políticos
García Estarrón, sostiene que recientemente, la ocupación se ha orientado hacia oriente Zaragoza y el suroriente por las políticas de crecimiento vigentes. Aunque ni la regularización de asentamientos ni la promoción de nuevas zonas de vivienda en la periferia suburbana han podido evitar deficiencias en la calidad de vida, en el acceso a infraestructura y servicios, y en los cambios de uso de suelo.
“La planeación urbana basada en la voluntad política y en los procesos económicos y productivos, ha provocado desde hace tiempo, una ocupación irregular del suelo, en la que el problema del acaparamiento del suelo dentro de la ciudad y su consecuente subutilización de infraestructura, agravan los problemas urbanos y siguen presionando la expansión urbana hacia las zonas naturales de la región”, expresó.
El uso de estas reservas territoriales ha generado una expansión urbana horizontal impresionante, y aunque en estos momentos se intenta incentivar la construcción de inmuebles verticales todavía falta mucho por hacer, sostuvo.
“Paradójicamente, el argumento original del proceso de dispersión y difusión urbana tiene su origen en la búsqueda de mejores condiciones ambientales, calidad de vida y precios del suelo más reducidos, pero lo que ocurre en esta ciudad es todo lo contrario a lo que se plasma en el papel”, aclaró.
Radiografía de la ciudad
Actualmente, millones de kilómetros cuadrados de suelos fértiles y productivos se encuentran sepultados bajo asfalto y cemento; por lo que el problema fundamental estriba en que estas obras humanas que compiten y desplazan a la agricultura.
La planeación urbana, a grandes rasgos, establece las proporciones básicas del desarrollo de una ciudad, sin embargo, es un hecho que no se han respetado los lineamientos para garantizar lo previsto en los planes parciales.
El crecimiento en Ciudad Juárez ha sido acelerado, en 1970 se contaba con 544 mil 496 habitantes, en 1984 ya había 798 mil 499, pero 15 años después, el número aumentó a un millón 301 mil 452, de acuerdo al Conteo de Población y Vivienda 2010 efectuado por el INEGI, por lo que se convirtió en la octava ciudad más grande del país.
Recientemente, el gobierno municipal amplió el Límite de Centro de Población por cuarta ocasión, por este motivo, la reserva territorial de Ciudad Juárez alcanza las 60 mil 553 hectáreas y equivale a más del triple de la superficie actual.
La densidad de la ciudad en los últimos 50 años casi se triplicó al pasar de mil 918 habitantes por hectárea en la década de 1950 a más de 5 mil 500 habitantes por hectárea en el 2005, mientras que el municipio elevó 10 veces su densidad en el mismo periodo, al pasar de 27 a 272 habitantes por hectárea.
“Derivado de estos cambios, se registran diversos procesos de concentración demográfica y urbanización precipitada, manifestados en rezagos en la dotación de infraestructura y equipamiento para los habitantes, debido a que se ha construido con base en adiciones espaciales emergentes, privilegiando la vivienda y la industria maquiladora, en menoscabo de los demás componentes necesarios para su funcionalidad”, expone.
Explica, además que la expansión urbana ha generado, por un lado, espacios centrales consolidados, pero con problemas de deterioro físico y funcional, como es el caso de la zona centro y por otro lado, áreas periféricas al borde de la mancha, con problemas de dotación de servicios básicos como pavimento, equipamiento e infraestructura.
Es por esta razón que el tema sobre el fondo legal ha cobrado mayor interés en las últimas décadas, tanto en lo político como en la población pues cada día se sufren más las consecuencias de mantener una ciudad tan extensa.
A consecuencia de estrategias fracasadas de expansión de las ciudades se incrementa la población vulnerable, pues se generan problemas sociales y polémicas ambientales que complican la prestación de servicios públicos.