En cinco países ‘China viola derechos’ (El Día, 09.09.18)
La presencia de inversiones de China, en los últimos 20 años en América Latina, en particular de países como Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Brasil, fueron especialmente singulares y relevantes. Dichos capitales, no solo han involucrado un giro en la relación geopolítica de los países sudamericanos con el gigante asiático, sino un motivo de preocupación, al estar directamente ligadas a proyectos extractivos con fuerte impacto en los derechos ciudadanos y de medio ambiente.
Sofía Jarrín Hidalgo es coordinadora del área de Pueblos Indígenas y Ambiente en el Centro de Derechos Económicos y Sociales-(CDES) en Ecuador. En contacto con El Día, describe cómo en 18 proyectos de cinco países de la región, se han detectado violaciones a los derechos humanos y medio ambiente.
P. ¿A qué se refieren esos datos y estudios?
S.J.: Es una experiencia regional de sociedad civil del colectivo sobre financiamiento de inversiones chinas, Derechos Humanos y Ambiente. Se trata de un examen periódico a las violaciones que han generado las empresas chinas en cinco países. Gracias a la coordinación con alrededor de 30 organizaciones, de los cuales se tuvo ocho informes «Sombra» en 18 consorcios chinos en el mismo número de proyectos.
P. ¿Qué han logrado establecer?
S.J.: Lo que hemos encontrado en 18 proyectos mineros, petroleros e hidroeléctricos, una recurrencia y un comportamiento sistemático de violaciones a los derechos de las personas y el medio ambiente.
En ese ámbito, las violaciones tienen que ver en cuanto al derecho a la consulta previa, libre e informada. Derechos a la vivienda digna, donde se han evidenciado desalojo forzoso de comunidades enteras. El derecho de vivir en un ambiente sano, a la salud, educación, a un trabajo digno. Además, hemos registrado amenazas a la vida, en este caso en Bolivia, con los pueblos en aislamiento como son los Tacanas.
P. ¿Qué nos plantea todo esto?
S.J.: Es una experiencia que nos ha llevado a generar y ver ese tipo de incidencias como sociedad civil latinoamericana y a plantearnos un proceso a largo plazo donde podamos tener incidencia con el mecanismo en Ginebra y además esperamos generar un proceso de diálogo con el Estado chino, donde podamos exigir la implementación de mecanismos donde intervienen empresas y bancos de dicho país.
P. En el caso de Bolivia ¿qué es lo que establecieron?
S.J.: En el caso de Bolivia hemos exaltado el bloque petrolero Nueva Esperanza (norte del país) y el proceso de sísmica, porque la empresa pública (YPFB) contrató una subsidiaria China, BGP.
La empresa desarrolló un proceso de sísmica 2D, sin atender las demandas del pueblo Tacana. Además de ignorar la consulta previa, se advierte que la presencia del pueblo en aislamiento se ve afectado, porque finalmente los procesos de sísmica son muy nocivos frente a los circuitos de movilidad que tiene un pueblo en aislamiento.
P. ¿A qué atribuye esta especie de permisividad de los gobiernos de la región con China?
S.J.: Existe una relación bastante estrecha con China a partir de este siglo, es decir desde el 2000. Eso tiene que ver sobre todo con la implementación del plan de cooperación de China y América Latina, donde se ve una creciente presencia sobre el financiamiento y las inversiones. de ese país en nuestra región.
Eso involucra que tener la relación con un Estado que tiene tanta fuerza política y de la mano del financiamiento, existe cierto tipo de trato preferencial sobre las operaciones chinas en nuestros países. Es una vinculación, sin duda, que se va a profundizar a futuro. Lo que es importante destacar es que el Estado chino se adapta mucho a las condiciones que plantean nuestros países. Ahora nuestro en Estado tenemos un comportamiento bastante subordinado cuando son los acreedores o los actores estatales que ejercen cierto poder a nivel global y no marcamos delimitaciones o reglas claras para establecer relaciones muchos más equitativas e igualitarias.
P. ¿Qué busca China en América Latina, son los recursos naturales?
S.J.: China es un país en expansión que ha brindado una relación no solamente a nivel económico, sino a nivel cultural. Desde esa perspectiva es importante plantear de que nos hemos visto como un enclave que provee materias primas. Y desde su dinámica económica busca establecer mercado y a América Latina ve como un socio amigable.
P. En la relación con Bolivia, China nos endeuda anclando a sus empresas. ¿Qué criterio tiene?
S.J.: Es la tendencia regional en sentido de cómo China establece sus relaciones bilaterales con los Estados Latinoamericanos. Se genera un fenómeno de anclaje entre el financiamiento y las inversiones, donde se da un trato preferencial a las empresas (chinas) en procesos de contratación. Es un fenómeno no exclusivamente boliviano sino en toda la región. El problema respecto a la protección de derechos y dinámicas laborales, es responsabilidad de los gobiernos de los países en hacer prevalecer principios y derechos humanos, dado que China tiene actividad transnacional en nuestros países. En el fondo lo que se busca es un efectivo cumplimiento en la actuación de sus empresas, lo que no sucede en 18 casos establecidos en cinco países de Latinoamérica.
«China es un país en expansión no solo en la región, sino en el mundo. Amerita que los Estados o países afectados hagan prevalecer sus derechos. Como sociedad civil estamos llamados a ver esta situación’.
18 Casos
En cinco países se identificaron violaciones en materia de derechos humanos.