El negocio de los loteadores (Opinión, 13.08.2014)
Al menos 1.000 hectáreas de la Región Metropolitana Kanata están en riesgo. Los loteadores han puesto los ojos en tierras de los municipios de Quillacollo, Sacaba, Cercado, Vinto, Colcapirhua, Tiquipaya y Sipe Sipe. Su objetivo es ocupar áreas agrícolas, tierras del municipio o de propietarios ausentes para venderlas y obtener millonarias ganancias. Quienes caen en sus redes son generalmente personas de bajos ingresos, migrantes y familias necesitadas de vivienda que arriesgan sus ahorros ante la promesa de que ocupando el terreno y defendiéndolo podrán consolidar su propiedad. Y ante el asentamiento ilegal de tierras hay propietarios y municipios que piden la intervención policial para el desalojo y demolición de construcciones. Entonces surge un problema social y se descubre el engaño.
Este año Sacaba es una de las zonas más apetecidas, tal como refleja el Informe Especial de Domingo del 10-8-14 de OPINIÓN.
Entre Ríos, Tacoloma, Quintanilla y Quintanilla Sud fueron escenario de enfrentamientos por la tierra en los que intervino la Policía.
En julio pasado, en Falsuri y Chulla, de los municipios de Vinto y Quillacollo, se denunció y detuvo a cuatro sospechosos acusados de quemar 400 hectáreas de tierras agrícolas con el afán de urbanizarlas. Falsuri es una zona de influencia de riego del Proyecto Múltiple Misicuni, pero allí se encontraron construcciones precarias y la aspiración de un millar de mineros de Huanuni ilusionados con adquirir terrenos en esa zona.
El fenómeno de los loteadores es complejo y difícil de controlar. Mueve millones. Los agentes inmobiliarios calculan que en ciertas zonas el precio de los lotes sube entre 25 por ciento a 100 por ciento en un año. Los que más se incrementan son los lotes agrícolas que se parcelan y transforman en zona urbana.
Los grupos organizados de loteadores especulan con la tierra. Cuentan con contactos estratégicos de funcionarios municipales, de la oficina de Derechos Reales y otros que les pasan el dato o facilitan el negocio. También están ligados algunos abogados y grupos de choque armados con palos, dinamitas y, a veces, escopetas.
Resolver los conflictos de la tierra y sobre todo prevenir la sobreposición de títulos y enfrentamientos es un tema pendiente.
Por ahora solo hay ciertas recomendaciones de la Alcaldía para informarse bien antes de caer en las redes de los loteadores.