Conocimiento No. Complacer a empresarios chinos Sí (PBFCC, 5.4.17)
Olvidemos la historia boliviana y aprendamos a hablar Chino mandarín. Esa parece ser la consigna del rectorado de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) a la hora de elegir entre recordar quiénes somos, de dónde venimos; o ver la manera de caerle mejor al nuevo patrón asiático: le ahorraremos hasta la tarea de conocer un idioma del país que actualmente sus empresas están saqueando.
Desde hace 40 años, el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB) recopila materiales informativos de todo el país. En su edificio, que antiguamente fueran las caballerizas de la familia Patiño, alberga millones de documentos históricos, que trepan y ocupan todos los ámbitos cedidos a esta institución en comodato por la UMSS.
Diarios, revistas, semanarios, informes, cartillas, caricaturas, libros de toda índole conviven desde hace casi 50 años en los interminables anaqueles del CEDIB. Algunos documentos amarillean dignamente, mientras cada tanto los consultan investigadores o estudiantes. Asimismo, la labor de su equipo de investigación es destacada para interpretar los números de las actividades de los gobiernos, números que cifran las políticas públicas de los últimos años, retratan los vínculos de los sucesivos gobiernos con los pueblos, así como las relaciones políticas y económicas de Bolivia con los demás países del mundo.
En estos días Juan Ríos, rector de la UMSS, amenaza públicamente desalojar al CEDIB con “el uso de la Fuerza Pública”. Sus amenazas obedecen a que en este espacio quiere hacer funcionar al Instituto Confucio, para la enseñanza del Chino mandarín. Idioma que se habla bastante en Bolivia desde que fueran entregadas grandes concesiones a empresas de ese país para la explotación de recursos naturales, así como para la construcción de carreteras e hidroeléctricas.
“No podemos aceptar ningún tipo de violencia”
“El CEDIB se ha preocupado por tener colecciones únicas en su fondo patrimonial. Eso es algo destacable. Está disponible toda la colección del extinto periódico Aquí, así como otras publicaciones que sólo están disponibles en este Fondo Documental Patrimonial: no existen en otra parte más. Todo esto estamos tratando de preservar. El CEDIB alberga la mayor biblioteca de Ciencias Sociales en Cochabamba y es una de las mejores del país. Esta biblioteca cuenta con 78 mil documentos, libros cartillas, etcétera, lo que hace que nuestro centro sea de referencia para la investigación social sobre Bolivia y en Bolivia. Por aquí pasan miles de personas, cientos de estudiantes, investigadores. Nuestro aporte se manifiesta en trabajos de investigación en todas las ciencias sociales y humanas”, comentó el director de este centro, Marco Gandarillas.
El convenio entre el CEDIB y la UMSS fue suscrito en 1993. En 2003, fue prorrogado indefinidamente y en ese marco se sigue trabajando hasta ahora.
Según el CEDIB, cada año pasan 10 mil personas para consultar materiales o para acceder a alguno de sus servicios. El 80 por ciento de las y los asistentes están vinculados a la UMSS.
“Queremos afirmar que no pretendemos desconocer la propiedad de la UMSS sobre este edificio. No queremos quedarnos indefinidamente. Más aún: el edificio a estas alturas resulta insuficiente y estrecho para mantener todo lo que alberga el CEDIB. Queremos negociar pacíficamente con el rectorado a partir del convenio vigente, con el fin de resguardar el patrimonio y mantener el servicio a la comunidad. El CEDIB es amplio y es además una contribución a la política nacional de hacer de Cochabamba ‘la ciudad del conocimiento’. Un Fondo Documental como este no se puede trasladar repentinamente ni puede irse a la calle. Necesitamos tiempo para encontrar un edificio adecuado. Estamos en ello, pero necesitamos un plazo. Por eso nos atenemos a la prórroga indefinida que se nos otorgó en 2003 y que habrá que negociar con el rectorado”, dijo Rafo Puente, del Directorio de este Centro.
Constantemente Ríos amenaza a las y los trabajadores del CEDIB con sacarlos a patadas de su sede… tanta beligerancia para que los cochabambinos aprendan a hablar en Chino. Sobre este proceder tan poco educado del rector, Puente sostuvo que “no podemos aceptar ningún tipo de violencia. Estamos en una sociedad de derecho, hay convenio suscrito, hay autoridades judiciales. Si el diálogo interinstitucional –el cual nos hubiera gustado tener- es descartado, nos satisface saber que el rector está acudiendo a la instancia judicial. Nos place, porque tenemos toda la documentación necesaria para que se respeten los derechos del CEDIB como institución y se respete la necesidad de Cochabamba de mantener a este fondo en buen estado y utilizable. Dar 48 horas de plazo para dejar el edificio no es judicialmente aceptable ni prácticamente viable. Procede establecer el diálogo y fijar plazos prudentes para hacer el traslado”.
Recurrentemente, el CEDIB recibe ataques por parte de autoridades del Gobierno nacional. En agosto de 2015, el vicepresidente, Álvaro García Linera, dijo que el CEDIB “es de unos trotskistas que se han vuelto verdes de un día para otro, en una clara muestra de oportunismo político”. Y agregó que “se han dedicado a mentir. Mienten para defender los intereses de las grandes empresas extranjeras, mienten para favorecer a países extranjeros”.
Consultado sobre este punto, Gandarillas indicó: “Es cierto que por nuestras contribuciones académicas, por nuestras investigaciones críticas a muchas políticas nacionales, hemos sido objeto constantemente de agresiones públicas de parte de autoridades. Personalmente, me niego a pensar que la UMSS forme parte de estos ataques. Creo que hay un malentendimiento de nuestro convenio, pero tenemos fluidez de comunicación con las unidades y la comunidad universitaria en general. Por eso apelamos al diálogo”, dijo Gandarillas.
En 2012, el CEDIB fue declarado “Patrimonio Documental de Cochabamba” por la Alcaldía municipal. “Pedimos a quienes nos han declarado Patrimonio Documental, así como a las autoridades del Gobierno departamental, tomar cartas en el asunto, porque aquí se habla de perder un patrimonio de enorme valor para el país”, dijo el director de este Centro.
(Por Sebastián Ochoa, de la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático)