Comunario afirma que problema de límites es por inmensa riqueza natural (La Patria, 29-04-12)
El problema limítrofe entre los departamentos de Oruro y Potosí, no es sólo por unas cuantas parcelas de quinua, sino por una inmensa riqueza natural, como oro, litio, uranio, petróleo, piedra caliza y otros que existe en ese sector. Esa es la hipótesis que maneja el comunario de Otuyo, perteneciente a la provincia Ladislao Cabrera del departamento de Oruro, Digno Gonzales.
El mencionado ciudadano dialogó con LA PATRIA, mostrando documentación que reunió a lo largo de años de investigación para afirmar y respaldar la hipótesis que planteó.
«La situación en el lugar no fue por parcelitas de quinua, sino por riquezas mundiales. Tenemos la información del Cedib (Centro de Documentación e Información de Bolivia) sobre las reservas de petróleo que existe debajo de Oruro, también tenemos información que en esa zona están reservas de uranio, cobre, plata, oro, entre Coroma y Quillacas. Como indica la prensa ese recurso está catalogado como la mina más grande del mundo», manifestó.
Argumentó que esa riqueza es diez veces más grande que la mina que existe en Chuquicamata, Chile.
Afirmó que la información la consiguió de la Asociación Departamental de Residentes Potosinos en Cochabamba el 11 de julio de 2011.
«El ingeniero Marco Montoya, un minero militar retirado que trabajó en Estados Unidos en 1992, sacó la información e indica que son diez veces más esa riqueza. No es una información que los orureños ignoren. Los orureños estamos también en conflicto por la mina de caliza en Pahua para cemento. Ese proyecto, el Gobierno no nos da crédito y no nos atiende», señaló.
Añadió que el salar de Thunupa tiene litio y todas esas riquezas mencionadas el Gobierno se las da a las transnacionales. Para argumentar ese concepto se refirió al libro de Emilio Martínez «Ciudadano X», en cuyo texto se indica que Jorge Oros, un gran multimillonario, está interesado en la producción de cobre, potasio y otras riquezas.
«Entonces, lo pasó a la empresa Sunitabol donde Evo fue a visitarle a San Cristóbal, esa empresa está ubicada en un pueblito, que hoy es un hueco, que está creciendo y que será como la hoyada de La Paz, entonces, la riqueza que está permitiendo Evo Morales de nuestras tierras, lo hace violando la CPE, que dice que los contratos deben pasar por el Congreso y no ha pasado», aseguró. Indicó que esas riquezas que son el doble de la producción de gas y petróleo de Bolivia, el 50 por ciento debería ser para el país, tras revisión del Código Minero que a la fecha no se hizo.
«Por lo tanto, a la fecha está vigente el Código Minero de Sánchez de Lozada. Decíamos que por el 18 por ciento lo hemos votado a Goni, para Bolivia era el 16 por ciento y para San Cristóbal es el 84 por ciento, esa es la razón por la que se está violando la Constitución. Celestino Condori pidió la nacionalización de San Cristóbal, pero Evo contestó que no y quién avaló eso, el ex ministro de minería, José Pimentel el 15 de junio del 2011, salió en La Razón, cuando dijo que la minería exportaría cuatro mil millones el 2011», argumentó.
Gonzales dijo que no es correcto que el país permita esa situación, por ello, esa pelea por parcelas es solo un motivo para pelear entre orureños y potosinos, además que las riquezas de Oruro están mutiladas por ese conflicto.
Añadió que el Gobierno no quiere tratar ese tema, porque como se establece en el libro de Emilio Martínez, Evo Morales sería socio de esas riquezas.
Pidió que la Universidad investigue esa situación y pregunte por qué en Bolivia no existen proyectos de industrialización, aspecto que solucionaría el conflicto de salud, salarios y otros.
Planteó como solución al conflicto de límites entre Oruro y Potosí, hacer la georreferenciación con el mapa que maneja el Gobierno de 1826 en la demanda marítima a nivel internacional, en la que se observa a Oruro con una extensión de 53 mil kilómetros cuadrados y Potosí con 118 mil kilómetros cuadrados.
«Tiene que hacer prevalecer los linderos entre Oruro y Potosí que están en ese mapa», añadió.