Bolivia es el cuarto país del mundo en ratificar el Convenio sobre trabajo decente para trabajadoras del hogar (Bolpress, 22.11.2012)
Más de 52,6 millones de personas prestan servicios domésticos
(Fundación Solón).- El 20 de noviembre el Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia Evo Morales Ayma promulgó la Ley de Ratificación del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el Trabajo Decente para las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos. Este convenio fue suscrito en la ciudad de Ginebra en Suiza, el 16 de junio de 2011, en ocasión de la 100 Conferencia Internacional de la OIT.
Bolivia fue uno de los 396 países que dieron su voto a favor de la norma que promueve el derecho a jornadas de trabajo de 8 horas días y descanso semanal de al menos 24 horas consecutivas; el derecho a recibir información clara sobre las condiciones de empleo, a la cobertura básica del seguro de salud y seguridad social; el respeto de sus derechos laborales fundamentales, a la igualdad de género y a la protección de las trabajadoras migrantes y la prohibición del trabajo infantil.
En agosto de este año la Asamblea Legislativa Plurinacional sancionó el proyecto de ley 552/2012-2013 que ratifica el Convenio sobre el Trabajo Decente para las Trabajadoras y los Trabajadores Domésticos de la OIT, que ofrece protección específica a las trabajadoras del hogar, estableciendo sus derechos y principios básicos y exige a los Estados tomar una serie de medidas con el fin de lograr que el trabajo decente sea una realidad para este sector.
Asimismo, obliga a los Estados a que adopten medidas para asegurar la protección efectiva de los Derechos Humanos de todos los trabajadores domésticos. La norma establece que el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social será el encargado de implementar el Convenio.
“A partir del 16 de junio del año pasado fue cuando el Estado firmo este Convenio, lo cual nos parece muy importante como Estado Plurinacional porque demuestra la voluntad política del Ejecutivo, y nos parece importante que todo lo que establece el convenio se complementa con lo planteado en la Constitución, respecto al trabajo digno, y viene a ser una avance cualitativo en legislación nacional”, destacó luego de la sanción de la norma la presidenta de la Cámara de Diputados Rebeca Delgado.
Bolivia se convirtió en el cuarto país del mundo en ratificar este convenio. Primero lo hizo Uruguay en abril, Filipinas en julio, luego las Islas Mauricio, y Bolivia el 20 de noviembre de 2012. En el acto de promulgación de la ley estuvieron presentes ministros, asambleístas, representantes de la Federación Nacional de Trabajadoras del Hogar de Bolivia (FENATRAHOB) de varios departamentos del país, así como delegados de organizaciones sociales, alcanzando alrededor de 400 personas.
Para el ministro de Trabajo Daniel Santalla, el trabajo del hogar es sacrificado y se debe valorar, además resaltó que luego de la Ratificación del Convenio lo que queda es promover medidas y mecanismos para la protección efectiva de los derechos de las trabajadoras del hogar.
Por su parte, la presidenta de la Cámara de Senadores Gabriela Montaño resaltó que el trabajo del hogar nunca fue visto como generador de movimiento económico y que ahora, además, debe ser visto como un aporte importante a la sociedad por ser un espacio en el que se cuidan a los hijos, adultos mayores, y que en realidad garantiza el funcionamiento de nuestra sociedad.
La Secretaria Ejecutiva de la FENATRAHOB Prima Ocsa mencionó que ahora se debe hacer un seguimiento a la aplicación del Convenio 189, para asegurar un trato digno y sin discriminación hacia las compañeras trabajadoras del hogar de toda Bolivia.
El Presidente Evo Morales resaltó que lo fundamental es no solo aprobar las leyes sino aplicarlas y para eso se necesita una organización fuerte, unida y que concientice en la aplicación adecuada del Convenio 189 de la OIT y ese rol debe ser asumido por la FENATRAHOB, con el apoyo de los Ministerio de Justicia y de Trabajo.
El trabajo doméstico es predominantemente femenino
En 2010 al menos 52,6 millones de mujeres, hombres y niños eran trabajadores domésticos en su ocupación principal, lo que representa el 1,7% del empleo total y el 3,6% del empleo asalariado mundial, aunque podrían acercarse a los 100 millones, según la Nota de Información N. 4 de la Serie Trabajo Doméstico elaborada por la OIT.
El informe presenta nuevas estimaciones mundiales y regionales sobre trabajadores domésticos, basándose en datos extraídos de estadísticas oficiales, principalmente de encuestas de fuerza de trabajo y censos poblacionales, cubriendo un total de 117 países y territorios.
El documento estima que en el mundo alrededor de 52 millones de personas trabajan en servicios domésticos, de las cuales más de 15 millones son niños y niñas de entre 5 y 17 años, cifra que equivale al 8,6% del total de niños trabajadores.
El trabajo doméstico es predominantemente realizado por mujeres, quienes representan 83% de todos los trabajadores domésticos a nivel mundial. La participación femenina varía de aproximadamente 64% en Oriente Medio y 67% en Europa del Este y los países CEI, a 92% en América Latina y el Caribe. Puesta en perspectiva, esta cifra es mayor que el número de personas empleadas en países grandes como Vietnam, México o Nigeria.
El trabajo doméstico representa no menos de 7,5% del empleo asalariado femenino a nivel mundial, en comparación al 1% de los trabajadores asalariados masculinos. Este hecho se acentúa en América Latina y el Caribe, donde el trabajo doméstico remunerado representa más de un cuarto del empleo asalariado femenino, y en Oriente Medio, donde prácticamente un tercio (31,8%) de las trabajadoras asalariadas son trabajadoras domésticas.
Los trabajadores domésticos llevan a cabo tareas de limpieza, cocinan, cuidan niños, asisten a ancianos y realizan otras labores en hogares privados. Su trabajo ha sido crucial para una mayor participación de la mujer en el mercado laboral, y ha permitido a los ancianos mantener su independencia y recibir cuidados en su hogar.
Sin embargo, los trabajadores domésticos frecuentemente carecen de reconocimiento social y de muchas de las protecciones legales disfrutadas por otros trabajadores. El trabajo doméstico de la mujer queda oculto tras la fachada de la “atención a la familia” y permanece invisible.
El trabajo casero, no obstante consumir muchas horas de rudo desgaste, no es reconocido como tal. No tiene un valor real a los ojos de la sociedad, en general, y de la familia en particular. De hecho, no se conoce con certeza el verdadero número de trabajadores domésticos alrededor del mundo. Hasta el momento la OIT y otros han debido confiar en aproximaciones tentativas e informales sobre la extensión del trabajo doméstico.