Atlas minero de Bolivia (Opinión, 5.5.15)
El Centro de Investigación y Documentación Bolivia (CEDIB) acaba de publicar el Atlas Minero de Bolivia. La obra contiene un mapa de las provincias metalíferas, las nuevas áreas de explotación y las actividades mineras. Abarca también el derecho minero frente a derechos de las áreas protegidas, de los territorios indígenas, de las reservas forestales y de los recursos hídricos. Georgina Jiménez, Jorge Campanini, Kriesten Francescone, Oscar Campanini y Vladimir Díaz elaboraron el estudio, bajo a dirección de Marco Antonio Gandarillas.
El equipo investigador estableció que en Bolivia hay 884 depósitos metaleros y que el 97.24 por ciento del mineral se exporta como materia prima.
La participación del Estado en la extracción minera es de 14.41 por ciento , en tanto que las empresas trasnacionales tienen el 46.19 por ciento de la superficie de concesiones, frente a 18.59 por ciento del área en la que trabajan los cooperativistas y un 20.16 por ciento que corresponde a las empresas mineras unipersonales.
En Cochabamba, los yacimientos están principalmente en las provincias de Capinota,Arque, Tapacarí, Quillacollo, Mizque y Chapare. Las concesiones pertenecen a la minería mediana y a cooperativas.
El Atlas refleja, entre otros datos sustanciales, que desde 2008 se registró un notable incremento en la minería cooperativizada. Mientras que en 2008 se habían registrado 1.048 cooperativas, en 2013 ya sumaban 1.630. De ese total, 1.209 están en La Paz, 185 enPotosí , 78 en Oruro, 76 en Cochabamba y 34 en Santa Cruz, para citar a los departamentos con mayor número de esas organizaciones.
La publicación también desarrolla en forma didáctica los grandes proyectos que están en curso, como San Cristóbal, Sinchi Huayra, Mutún, Coro Coro y los recursos evaporíticos.
La minería es el segundo sector en importancia en las exportaciones bolivianas. La información que ofrece el Atlas contribuye a contar con un panorama de esa riqueza del país, su ubicación y forma de producción.
El libro fue elaborado con el fin de llenar un vacío en la información y, ciertamente, ofrece un gran aporte para los estudiosos y para el público en general.
El Atlas Minero es un esfuerzo plausible porque, además de la síntesis y claridad de contenido, tiene una presentación de lujo, con mapas desplegados y detalles hasta de las cuadrículas. Es un libro de consulta que no puede faltar en ninguna biblioteca del país