Desde el siglo XIX, la idea del separatismo ha rondado el estado Zulia, en el occidente de Venezuela. A pesar de que el país se define como una república única e indivisible, los planes secesionistas, promovidos por las élites opositoras, han resurgido en el debate político nacional.
Los promotores de esta corriente frecuentemente comparan la situación zuliana con la antigua provincia colombiana de Panamá y la región separatista de Quebec en Canadá, buscando legitimidad para sus aspiraciones de independencia y autonomía.
Este artículo examina el surgimiento del movimiento autonomista en Venezuela, señalando sus inclinaciones secesionistas y su alineación con los intereses de las oligarquías que se oponen a los cambios impulsados por el gobierno de Hugo Chávez. A pesar de las opiniones diversas sobre la administración actual, es fundamental analizar el papel de estas élites regionales en América Latina.