La empresa se va con menos de lo que pretendía, pero logra un monto nada despreciable (compárese esa cifra, por ejemplo, con los 20 millones que el G7 acaba de establecer como apoyo a los países cuya amazonía está afectada por descontrolados incendios forestales). Y queda claro que el pago a la minera, desde los intereses del pueblo boliviano es inmerecida, si además se recuerda que – como informó el entonces ministro de minería Mario Virreira- el capital con el que la empresa se formó fue de apenas 5000 bolivianos, que la empresa obtuvo buena parte de las concesiones de manera inconstitucional a través de la compra a privados y que logró en 5 años un enriquecimiento extraordinario al especular en la bolsa de valores con los recursos minerales bolivianos como suyos, logrando que su emprendimiento minero, que contaba en 2007 con 38.000 acciones a un valor unitario de 0,50 dólares, vendiera en 2010 un paquete de 18.300.000 acciones a 1,16 dólares por acción y en 2012 otro paquete de 10.000.000 acciones a un monto de 1,60 dólares por acción y todo ello sin haber siquiera terminado la exploración, sin haber certificado reservas y menos haber explotado un solo gramo de mineral.
South American Silver consolida su impunidad
Autor: CEDIB