En América Latina, la soberanía alimentaria no se concibe como una independencia del monopolio global de alimentos. Las políticas alimentarias a menudo se limitan a emergencias y beneficencia, sin enfrentar la manipulación publicitaria de las corporaciones.
Aunque el mundo produce más alimentos de los que consume, la falta de poder adquisitivo entre los pobres resalta un problema estructural: los países no producen suficientes alimentos, lo que los obliga a importar.
¡Encuentra la revista completa en la web!