Cerca del salar de Uyuni, en el departamento de Potosí, se encuentra
el gran proyecto minero de San Cristóbal. Para implantar el proyecto,
la empresa tenía que desplazar la comunidad de San Cristóbal que
estaba asentada sobre la mina. Por tanto, negoció con la comunidad y
construyó un nuevo pueblo, en la pampa. El conjunto de su producción
sale al exterior, vía los puertos de Chile. Para su producción, la empresa
necesita 50 mil litros de agua por día y perforó pozos para acceder a las
napas freáticas de esta región desértica. Son aguas fósiles que datan de
más de 10.000 años y ahora se ven seriamente afectadas y disminuidas
por la extracción masiva de agua efectuada por el proyecto, previsto
para unos 20 años. La escasez de agua ya se hace sentir en las comunidades
aledañas que, preocupadas por esta situación, contrataron a un
hidrogeólogo independiente quién realizó un informe ambiental que
confirmó graves consecuencias a futuro.