Un estudio del Departamento de Energía (DOE) de Estados Unidos advierte sobre la necesidad urgente de adoptar medidas para mitigar los efectos de una posible escasez de petróleo, que podría ocurrir debido al pico de la producción convencional. Aunque el estudio no establece un calendario exacto, el consultor Robert Hirsch indicó que la producción de petróleo convencional alcanzará su máximo en los próximos 5 a 10 años.
Para enfrentar la declinación que seguirá, Hirsch subraya la importancia de comenzar a invertir en combustibles alternativos al menos 20 años antes del pico, con una inversión estimada de $1 por tonelada al año, y también promover el desarrollo de fuentes de petróleo no convencional, como el crudo pesado y las arenas petrolíferas.
La experiencia de picos de producción en Texas, Gran Bretaña y Noruega demuestra que estos eventos pueden ser repentinos y agudos, lo que hace necesario prepararse con anticipación para evitar restricciones severas en los combustibles líquidos a nivel mundial.
La transición hacia fuentes de energía alternativas y la mejora de la eficiencia en la combustión, como la optimización del rendimiento de los vehículos, serán clave para contrarrestar el impacto de la reducción de la producción de petróleo convencional. Además, el desarrollo de tecnologías para la conversión gas-líquido y la licuación de carbón jugarán un papel fundamental en este proceso. El estudio resalta que la preparación anticipada es crucial para evitar una crisis energética global cuando se alcance el pico de la producción mundial de petróleo.