En Bolivia, los principales proyectos económicos en minería, hidrocarburos e infraestructura están dominados por transnacionales, priorizando la exportación de materias primas. Esta situación ha provocado graves problemas ambientales y sociales, afectando especialmente a las comunidades indígenas. A lo largo de la historia, la entrada de estas empresas ha generado conflictos, violaciones de derechos y degradación ambiental.
La minería moderna, con su alto consumo de agua y contaminación, agrava la crisis. Ejemplos de esta explotación incluyen la mina San Cristóbal en Bolivia y la falta de agua en el norte de Chile. A pesar de las promesas de desarrollo, la realidad muestra un preocupante retroceso hacia el saqueo de recursos.