A partir del 7 de diciembre, el agua en California comenzó a cotizar en el mercado de futuros de la Bolsa Mercantil de Chicago (CME) a través del índice Agua de Nasdaq Veles California (NQH2O). Este evento sorprende y plantea importantes implicaciones sobre la mercantilización del agua. La cotización en futuros permite a las industrias asegurar precios en un contexto donde el agua, un recurso vital, se convierte en un activo financiero.

Este desarrollo nos lleva a reflexionar sobre el proceso de mercantilización del agua, un fenómeno que también afecta a Bolivia, donde a pesar de haber luchado contra la privatización del agua, existen crecientes tendencias hacia su comercialización. En las grandes ciudades bolivianas, como Cochabamba y El Alto, la provisión de agua mediante carros cisterna es una realidad alarmante. Este sistema ilustra la vulnerabilidad de los sectores más pobres, quienes enfrentan precios determinados por la oferta y la demanda, sin contar con mecanismos que aseguren la calidad del agua.

Además, el aumento del negocio del agua embotellada en zonas con escaso o de mala calidad abastecimiento resalta una preocupante vulneración del derecho humano al agua. Las familias recurren a botellones para cubrir necesidades básicas de consumo, lo que contraviene normativas y políticas nacionales. La penetración de este mercado en la sociedad boliviana evidencia la compleja relación entre la gestión del agua y los derechos humanos, lo que exige un análisis profundo y acciones efectivas para garantizar el acceso equitativo y de calidad al agua.