Fátima López Burgo.
En ocasión del fallecimiento de Guillermo Lora, reproducimos a continuación un texto de la periodista Fátima López Burgos, basado en una entrevista con este personaje de la historia del movimiento popular boliviano. La nota se publicó por primera vez en el suplemento «Temas» del diario «Ultima Hora» el 11 de noviembre de 1990.
Con el propósito de dar una respuesta a la clase obrera, en 1946 se elaboró un documento político de base, en oposición al gobierno Villarroel – Paz Estensoro, que luego fue presentado en el Tercer Congreso Minero efectuado en marzo de ese año en el distrito minero de Catavi, documento que posteriormente dio lugar al surgimiento de la «Tesis de Pulacayo».Este documento, según Lora, ya contenía la plataforma de reivindicaciones transitorias que actualmente tiene la tesis.La historia no concluye allí; Juan Lechín en su condición de Secretario Ejecutivo de la FSTMB, debía presentar el documento en un asamblea, no lo hizo argumentando que el documento le fue sustraído del bolsillo. Circunstancia por la que la reunión se limitó a discutir la plataforma en que se resumían consignas como: ocupación de las minas, el salario mínimo vital con escala móvil con referencia a los precios, control obrero de todas las empresas y minas, escala móvil de horas de trabajo para eliminar la desocupación, disminución de la jornada de trabajo a 40 horas semanales, armamento de la clase obrera, y la alianza obrero – campesina, con mirar a la conquista del poder político.Lora denunció que los congresos mineros de esa época eran sólo congresos del MNR, precisamente porque ese partido fundó en 1944 en el distrito de Huanuni la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (FSTMB), inspirada en principios movimientistas.A pesar de no ser minero ni obrero, Guillermo Lora, con el propósito de participar en el movimiento obrero y organizar «cuadros» en los distritos mineros junto a un grupo de desocupados, establece la primera organización de desocupados y accede al congreso en calidad de Delegado«En esa época Juan Lechín trabajaba con nosotros -recuerda Lora- de manera que discutíamos los problemas y intentaba educar a mucha gente obrera en la idea revolucionaria, sabiendo que él era movimientista, pero que consideraba que el MNR no podía ser la línea política que respondiese a las necesidades del proletariado boliviano».
La tesis no produjo los frutos deseados
La preocupación central del Partido Obrero Revolucionario (POR) en ese momento era la de proporcionar una doctrina revolucionaria al movimiento obrero.Ante la revolución del 21 de junio, en la que el MNR ya no figuraba en el escenario político, como una respuesta a ¿qué hacer con el gobierno Restaurador? se reescribe la Tesis, reiterando que los obreros debían luchar por sus propios objetivos y no servir a la burguesía.Este trabajo político – doctrinal movilizó a los obreros durante el sexenio hasta el 52, sin embargo no tomaron el poder -sentenció Lora- vale decir que «los obreros hicieron la revolución y entregaron el poder al MNR, un partido que no era de ellos, es decir, que el trabajo realizado no pudo cuajar como organización partidista».
Difusión de la Tesis
La Tésis de Pulacayo constituye el documento político y sindical más difundido de la historia nacional, aseguró Lora.La primera edición multicopiada la realizó la Federación de Mineros y fue distribuida en los sindicatos. Posteriormente, el argentino Esteban Rei, un socialista con tendencias trotskistas, llevó a su país una versión multicopiada y editó en imprenta el documento con el nombre de «Lo que dicen y lo que quieren los mineros bolivianos».Mientras tanto, en Bolivia la empresa Patiño, comprendiendo la peligrosidad del documento y ante la falta de reacción del gobierno, paga una solicitada en todos los periódicos de Bolivia donde se reproduce en su integridad la tesis, con algunas modificaciones poco sustanciales.Finalmente, la primera edición boliviana en imprenta de la Tesis se realiza en Potosí, en 1947.La empresa Patiño, según cuenta Manuel Carrasco en su «Biografía de la Patiño», esperaba que Bolivia reaccione en su integridad, se levante y rechace este plan comunista. Los hechos suceden a la inversa y el documento se convierte en el eje central de las grandes movilizaciones obreras, hasta 1952, e incluso la Central Obrera Boliviana (COB) antes de estar controlada por el gobierno del MNR, adopta como su programa la «Tesis de Pulacayo».
Aporte y vigencia actual
La Tesis, según su gestor, fue un aporte sustancial al movimiento obrero, ya que recogió las aspiraciones de los obreros bolivianos.Lora apuntó que en «el hecho de que los obreros de las minas hubiesen captado la esencia de un documento escrito en tono polémico, panfletario y agitativo, con términos poco usuales para los obreros en general se puede descubrir que el autor del documento está vinculado con las ideas y es algo así como el secretario de las masas».El acierto de la Tesis radica en la caracterización de Bolivia como un país capitalista y atrasado, que reproduce las leyes mundiales del capitalismo de una manera muy particular, ya que por un lado posee un capitalismo muy avanzado (como la purificación del estaño a través del proceso de lixiviación, efectuada en Potosí) y un pre-capitalismo (el atraso y la barbarie) que refleja una integración tardía de Bolivia a la economía mundial que genera la llamada economía combinada.«Bolivia vive y existe porque exporta, la economía no tiene moral ni sexo, es capitalista por la manera en que reproducen las mercancías (máquina) y precapitalista (a mano)».A pesar de que la Tesis no pudo ser aplicada, por que los obreros no tomaron el poder, tras 44 años de vida el documento tiene vigencia ya que las consignas de la Tesis aún no han sido, ni van a ser superadas mientras siga en pie el capitalismo y no se conquiste el poder político.
Lora, sentenció que sin esos elementos es imposible la aplicación de estas reivindicaciones.