La participación del Estado en el Proyecto Mutún se ve cuestionada ante la total responsabilidad y dirección que ha asegurado Jindal Steel a través de un contrato.
El Mutún, ubicado en la frontera con Brasil, es un yacimiento de hierro con enormes reservas, considerado uno de los más grandes del mundo. A pesar de su potencial, el contrato de 40 años entre el gobierno boliviano y Jindal Steel implica que la empresa privada tendrá un control significativo sobre la explotación de este recurso natural, lo que plantea dudas sobre el rol del Estado en la gestión y beneficios de la riqueza mineral del país.