El artículo explora las complejas relaciones de poder en torno al cambio climático, destacando que este fenómeno no es solo un problema ambiental, sino también profundamente político. Más allá de cuantificar emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), es crucial entender quiénes son los responsables de estas emisiones y por qué no se resuelven.
Las discrepancias en los límites aceptables de GEI (450 ppm para los principales contaminadores vs. 350 ppm para los menos contaminantes) revelan que la discusión técnica está influenciada por intereses económicos y geopolíticos. Así, detrás de cada cifra hay implicaciones significativas que afectan las relaciones sociales y económicas a nivel global.