ACHICAR EL ESTADO Y AGRANDAR LA BUROCRACIA
Sería gracioso, si no fuera dramático: mientras más se achica el Estado, más se agiganta la burocracia. Al asumir el poder, el actual régimen anunció pomposamente la reducción del aparato administrativo estatal, hinchado desmesuradamente por sus predecesores que cambiaron la estructura del Poder Ejecutivo justamente con el mismo argumento: aligerar la pesada carga de funcionarios, chupona del presupuesto y entorpecedora de la fluidez administrativa. Pero, fiel a la tradición folklórica, el general Banzer entró al Palacio arrastrando una larga cola de adeptos, adictos, acólitos y aliados, todos pedigüeños, cuyo activismo político estaba obligado a retribuir con «pegas» de diverso tamaño y cotización.