¿CÓMO QUE AHORA NO HAY RESERVAS DE GAS?
Por Rafael Puente
Alguien nos ha estafado y necesitamos saber quién y por qué lo hizo. En los años del boom del gas boliviano, casualmente cuando se quería justificar la exportación masiva y barata a Chile —y luego a Argentina— cada mes se nos informaba en tono triunfalista que nuestras reservas de gas eran inmensas, cada vez más grandes, veníamos a ser la potencia gasífera de Sudamérica. Y ahora de repente nos enteramos de que nuestras reservas son más bien humildes, y que por tanto nuestro futuro es incierto. ¿Y quién responde?
Y conste que nunca nos dejamos obnubilar por las reservas “probables” ni por las “posibles”, pues ya se sabe que eso tiene muy poco valor. Pero las reservas “probadas”, como su nombre indica, sí se las tiene tomar en serio. Y de esas, de las probadas, nos dijeron el año 2004 que teníamos nada menos que 27,7 trillones (o sea 27.700.000.000.000) de pies cúbicos. Sobre esa base los gobiernos anteriores firmaron contratos de exportación que el actual gobierno no sólo ha mantenido sino que viene incrementando. Pero ahora, el año 2011, resulta que las reservas apenas alcanzan a 9,44 trillones, una miserable tercera parte de lo que se suponía que teníamos. Si a eso le añadimos que del 2004 a la fecha hemos extraído 3 trillones, y por tanto sólo nos quedan poco más de 6, nos encontramos con que nos faltan 13 trillones (que por lo visto se hicieron humo), lo que a los ritmos actuales de explotación equivale a 23 años menos de actividad gasífera, con la correspondiente disminución de ingresos.Si tenemos en cuenta que hoy por hoy consumimos 0,6 trillones por año (cifra que irá en aumento), tendríamos reservas para 16 años. Pero como además tenemos que cumplir los compromisos de exportación, en realidad las reservas sólo alcanzarán para 9 años, ¿o será que para cumplir la Constitución sacrifiquemos las exportaciones con el fin de abastecer el mercado interno? ¿Y de dónde sacaremos gas para la producción de amoniaco y úrea, y en general para los planes de industrialización? Las consecuencias del engaño son graves, y la cosa no puede quedar ahí.¿Quién hizo esos cálculos? Evidentemente las empresas operadoras, es decir las transnacionales que en ese tiempo se sentían –y eran‑‑ dueñas de nuestros hidrocarburos. Pero YPFB Residual, por Decreto Supremo, tenía la obligación de verificar esa información. ¿No verificó? ¿Fingió que verificaba? En todo caso tanto las transnacionales como YPFB Residual son responsables del engaño. ¿Y no va a pasar nada?Lo lamentable es que el nuevo Ministro de Hidrocarburos ha declarado que no se va a averiguar lo que pasó. ¿Por qué, compañero Ministro? ¿Porque al final da lo mismo y lo único que interesa son las reservas reales, y no las que aquellos señores se inventaron? No es verdad, porque tenemos compromisos de exportación que ahora no podremos cumplir (y si descubrimos más reservas, es cosa nuestra, no puede ser la salvación de quienes nos estafaron). ¿O es que se da por hecho que es inútil luchar contra los monstruos petroleros transnacionales? Tampoco es cierto; se sabe que la Comisión de Valores de los Estados Unidos sí ha enjuiciado a la Shell y a la Repsol (qué casualidad) por falsedad material. ¿O es que no es punible el delito de proporcionar información falsa al estado? Se tiene que averiguar, se tiene que encontrar a los responsables, que son personas con nombre y apellido, tanto de dichas empresas como de YPFB Residual.¿O es que en el fondo seguimos percibiendo como “jefes” a las que han pasado ser nada más que “socias”? No lo creo, por lo menos no creo que el Presidente estuviera de acuerdo con esa actitud. No estamos en los tiempos de Tuto Quiroga que el 2001 se dio el lujo de “eximir” a las empresas de perforar un pozo por parcela. Ahora tenemos un gobierno soberano que no se puede dejar imponer la impunidad por parte de los poderosos del mundo, ni menos aún por parte de esos serviles funcionarios de YPFB Residual. Ahora no somos residuales, compañero Ministro.