Entre telones del intento de golpe de estado en Ecuador
(CEDIB.- 1 de octubre) .- Ayer 30 de septiembre la noticia inicial de una protesta de sectores policiales exigiendo modificaciones a la ley de Servicio Público, rápidamente derivó en denuncias de un intento de golpe de estado orquestado por Lucio Gutiérrez actualmente en el Brasil.
Los sucesos del día, llegaron a un punto de gravedad cuando el Presidente Correa se hizo presente ante las fuerzas policiales en protesta intentando negociar con ellas ; Desde el alto de un balcón el Presidente se dirigió a los policías que airadamente le insultaban y abucheaban. Ello originó que Correa perdiera los estribos y desafiara a los amotinados a matarle. Cuando intentaba abandonar el recinto, los protestantes se abalanzaron contra el presidente intentando golpearle, lanzado piedras en su contra e incluso disparándole bombas lacrimógenas. . Visiblemente afectado por los gases que casi llegaron a impactarlo e imposibilitado de agilizar el paso debido a su reciente operación en la rodilla, el presidente Correa estuvo a punto de desfallecer y fue asistido por su seguridad que intentó resguardarlo y minimizar los efectos de la gasificación colocándole una máscara anti gas. Necesitado de atención médica el presidente fue internado en la clínica de la policía, en las inmediaciones del escenario de conflicto. Los policías en amotinamiento se mantuvieron apostados en los accesos de la clínica. Poco después el propio Presidente declaraba sentirse secuestrado en el hospital e impedido de abandonarlo.Mientras esto sucedía, desde la sede de la Asamblea el Canciller convocaba al pueblo a movilizarse en defensa de la democracia y confirmaba que se estaba ante un intento de golpe de Estado. De inmediato los cables informativos desde Quito informaban que aunque el Alto Mando del ejército se había pronunciado en lealtad al Presidente, algunos sectores de la fuerza aérea se mostraban en rebeldía y tomaban bajo su control algunos aeropuertos del país y retenía n el avión presidencial.El llamado del Canciller a defender y acompañar al Presidente, originó movilizaciones de respaldo al régimen constitucional: gran cantidad de ciudadanos marcharon hacia la clínica en busca de lograr la evacuación del presidente y ponerlo a salvo. En tanto, sectores como CONAIE rechazaban los intentos de la derecha pero se mostraban firmes en las observaciones y críticas hechas al gobierno de Correa al que acusan de atacar a los sectores sociales y dejar incólume a las fuerzas de oposición. Alberto Acosta , ex presidente de la Asamblea Constituyente y ex ministro del gobierno de Correa con el que actualmente mantiene diferencias , se pronunciaba en similares términos diciendo que era evidente el intento de la derecha de utilizar la situación para desestabilizar al gobierno y atacar a la democracia, pero mantenía las críticas contra las políticas de Correa.Los grandes monopolios de información como CNN en seguida dieron cobertura a declaraciones de Lucio Gutiérrez quien desde Brasilia definía la necesidad de poner fin al gobierno y convocar a elecciones adelantadas pero sin llegar a adjudicarse la intentona. En tanto la OEA daba su respaldo a Correa pero evitaba referirse a los sucesos como Golpe de Estado. EEUU también dio su apoyo al presidente cuidándose de no referirse a una intentona golpista y aclarando que en el momento en que un golpe de Estado fuese evidente o se consolidara, el gobierno Estadounidense lo condenaría.En horas de la noche, fuerzas del ejército empezaron a ser movilizadas en los alrededores de la clínica en la que se mantenía el Presidente y cuyos accesos estaban controlados por los policías amotinados. En medio de una fuerte, balacera, los militares ingresaron y controlaron el interior de la clínica y rápidamente evacuaron al presidente. En las afueras la balacera persistió durante unos minutos, pero las fuerzas armadas controlaron a sus oponentes sin mayores contratiempos. Correa se dirigió hacia Palacio ó de Gobierno en donde una multitud se había congregado para recibirlo. El golpe de Estado se declaraba así abortado.El contexto de trasfondo.Desde el Ecuador, algunos sectores críticos a las medidas de Correa a las que califican de autoritarias y de dar continuidad al modelo de estado que se dice combatir, se han mostrado escépticos respecto a l intento de golpe y han calificado la situación como de movilización contra medidas antipopulares del gobierno.Lo cierto es que la rápida evolución de los sucesos desde la protesta policial hasta las denuncias de intentona golpista y desde ésta hasta el operativo militar de rescate presidencial , han dado poca oportunidad a establecer los entretelones del contexto político en que se han producido los sucesos del 30 de septiembre.Un día antes, el propio Correa había denunciado a un grupo de sus asambleístas, de no guardar lealtad al proceso ecuatoriano y de modificar las leyes que el ejecutivo diseña y busca que se aprueben con la mayoría que tiene en la asamblea. En concreto se refería a las modificaciones que los asambleístas hicieron a la ley de Servicio Público ( detonante de las protestas) y que el presidente se negaba a aceptar y a las que les impuso el veto. A raíz de esas modificaciones hechas por sus propios asambleístas y al parecer fruto de presiones de algunos sectores populares, el presidente denunciaba el día 29 de septiembre, que asambleístas de su propia tienda se sumaban a los opositores al gobierno, obstaculizando sus políticas y su gestión y lanzaba una advertencia de importancia al anunciar que evaluaba hacer uso de un recurso constitucional y cerrar la Asamblea. El mismo 29 de septiembre, los asambleístas cedieron a las presiones presidenciales, desistieron de las modificaciones hechas y dejaron el contenido de la ley en los términos que el presidente exigía. La referida ley ha sido motivo de polémica en el Ecuador desde hace dos meses atrás debido a que busca uniformizar la situación de condiciones de trabajo de los servidores públicos, anulando algunas prerrogativas consideradas como logros de reivindicaciones de diversos sectores, entre ellos maestros y policías. La ley propuesta por el presidente achica el número de servidores públicos y entre otras cosas dispone nuevas condiciones para jubilaciones, incluyendo que una parte de las jubilaciones policiales sean pagadas en Bonos del Estado y no en efectivo. A decir del presidente, en el caso policial beneficios como bonos, canastones navideños, condecoraciones etc son suprimidos pero un monto similar a esos privilegios ha sido sumado al salario de los efectivos. A pesar de ello, la ley propuesta por el Ejecutivo fue resistida por varios sectores populares y al parecer, estos sectores habían logrado que los asambleístas modificaran algunos de los artículos más polémicos de la propuesta de Correa, modificaciones que motivaron el veto presidencial. El desarrollo legislativo en Ecuador mantiene enfrentados al gobierno con algunos sectores campesinos, trabajadores e indígenas que denuncian insistentemente que el proceso de cambio ecuatoriano está siendo desvirtuado por el gobierno y está siendo direccionado en sentido contrario al interés de las mayorías populares. Aunque esas diferencias entre el oficialismo y sectores populares son cada vez más evidentes, el gobierno de Correa sigue manteniendo niveles de apoyo significativos lo que está produciendo divergencias dentro del campo popular ecuatoriano. En las últimas semanas la agudización de esas contradicciones ha llegado a niveles preocupantes para el gobierno, no sólo en torno a la polémica ley del Servicio Público, sino también en torno a otras normas en discusión como la de Reforma educativa, hidrocarburos etc. De hecho es significativo que CONAIE rechace cualquier intento de orquestar un golpe de Estado, pero al mismo tiempo acuse al presidente de dar base y oportunidad a la derecha al modificar por la fuerza el contenido consensuado de varias de las leyes.A este contexto se debe el escepticismo de ciertos sectores que acusan a Correa de sobredimensionar la protesta policial y que destacan que nadie reivindicó el golpe y que no existieron declaraciones ni llamados a deponer al gobierno constitucional. Se tiende así un velo de recelo sobre el real alcance de lo acontecido en Ecuador el día de ayer, 30 de septiembre; aunque nadie pone en duda que tanto la derecha , la oposición y hasta el propio gobierno de Estados Unidos no tendrían ni prejuicio ni reparo para intentar capitalizar cualquier protesta y darle un apoyo decidido si con ello se aseguraran de librarse del temor que tienen a los gobiernos populares de América Latina , no tanto por el alcance efectivo de los cambios que impulsan como por el apoyo de importantes sectores populares que conservan sus gestiones..