La situación en Bolivia se agrava con el enfrentamiento entre colonizadores y comunidades indígenas que defienden sus derechos sobre el TIPNIS. Los colonizadores, apoyados por el gobierno, bloquean el acceso y buscan forzar un diálogo, mientras se denuncian acciones violentas y represión policial contra los indígenas.
El gobierno, lejos de mediar, promueve una agenda que pone en peligro las tierras comunitarias y las áreas protegidas, ignorando las normativas de consulta previa y aumentando la tensión en la región.