Parque Nacional Tariquia en riesgo por explotación petrolera (Los Tiempos, 14.6.15)
Por Anf – Agencia – 14/06/2015
La estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) estaría a punto de firmar dos contratos de servicios petroleros con Petrobras, British Gas (BG) y YPFB Chaco para intervenir las zonas de San Telmo y Astillero, ubicadas dentro del Parque Nacional Tariquia de Tarija, una de las 22 áreas protegidas nacionales, según el investigador del Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB), Jorge Campanini.
«Estamos ante un escenario trágico para nuestras reservas naturales, muchas de ellas ya son golpeadas impunemente por la minería y ahora se culmina con sentencia final», expresó Campanini en un informe elaborado a raíz de la promulgación del Decreto Supremo 2366 el pasado 20 de mayo, que autoriza el desarrollo de actividades hidrocarburíferas en todas las áreas protegidas del país bajo el argumento de la reducción de la extrema pobreza.
Actualmente las áreas que se encuentran en mayor riesgo por explotación -según el investigador- son Iñao (Chuquisaca), Carrasco (Cochabamba), Amboró (Santa Cruz), Tariquia y Aguarague (Tarija), que son solo cinco de las 11 áreas protegidas en las que por el momento se superponen contratos petroleros.
A partir de la promulgación del decreto, existe la licencia para intervenir no solo en las 11 actuales, sino en las 22 existentes.
«Otras áreas que estarían fuertemente amenazadas por el decreto y en las que se podría reactivar la explotación petrolera son Madidi, TIPNIS, Pilón Lajas y Manuripi», sostuvo Campanini, que destacó el daño que se está haciendo a áreas como Aguaragüe (Chaco), donde existen 60 pozos explotados, más del 70 por ciento del área.
«Aguaragüe se ha creado como un regulador hídrico -por cuestiones climáticas se condensa y provee de agua- y conserva el ecosistema chaqueño por donde cruza el rio Pilcomayo», apunta. Entre los efectos que tiene la intervención extractiva en la zona se encuentran desplazamientos, contaminación de fuentes de agua, suelo, deforestación, y la apertura de nuevas sendas por donde entran los cazadores furtivos.
Áreas protegidas Bolivia se encuentra en la lista de los 10 países con mayor biodiversidad Nacional de Áreas Protegidas.
En total registra 123 áreas protegidas (22 de carácter nacional, 23 de carácter departamental y 78 áreas municipales). Las 22 nacionales ocupan una superficie de 17.004.797 de hectáreas equivalentes al 15,5 por ciento del territorio nacional; en ellas se encuentran representadas 12 eco regiones del país y se estima que albergan el 70 por del total de plantas y vertebrados registrados en territorio nacional, según CEDIB.
El actual Gobierno dispuso en 2012 un total de 24.777.543 hectáreas para la actividad petrolera en todo el país -la mayor frontera petrolera de la historia- que equivalen al 22,55 por ciento del territorio nacional que cuenta con 109.858.100 hectáreas.
Dentro de dicha frontera actualmente hay 11 áreas protegidas afectadas, cuyos contratos petroleros se superponen en una superficie de 3 millones de hectáreas, lo que significa que el 17 por ciento de las áreas protegidas son zonas de extractivismo.
Seis de las 22 áreas protegidas -Madidi, Aguaragüe, Tariquia, Iñao, Pilón Lajas y Manuripi- se consideran incluso desnaturalizadas, ya que en dichos casos es tan grande la intervención que el área protegida deja de ser tal y se convierte en zona de actividad extractivista de recursos, sostiene el informe «Territorios indígenas y áreas protegidas en la mira», elaborado por la investigadora Georgina Jiménez.
Y alerta de que como las afectaciones van desde el 55 por ciento a más del 90 por ciento del territorio de esas áreas, no se pueden aplicar acciones de mitigación y existe el inminente riesgo de que desaparezcan las especies de flora y fauna y todo el patrimonio natural y cultural que existe en su interior.
El Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) estima que en las 22 áreas protegidas habitan alrededor de 200.000 indígenas, campesinos y comunidades interculturales, que se ven afectados por el avance de la frontera hidrocarburífera.