Avasalladores obligan a vender los predios ejerciendo presiones (Cambio 10.02.2015)
Según las víctimas del avasallamiento una de las estrategias que utilizan los invasores consiste en extorsionar a los afectados hasta lograr una venta de los predios que resulta ser un robo prácticamente.
Mario Candia víctima del delito en Santa Cruz, manifestó que el avasallamiento de sus dos hectáreas inició con la negación de una oferta de compra.
“Primero tuve varios ofrecimientos para vender parte de mi propiedad y negué por un aspecto familiares, luego ingresó un grupo de delincuentes. Mi producción se paralizó por completo porque ningún trabajador está dispuesto a ingresar”, narró el afectado
No conformes con ello, recibe continuamente amenazas violentas que afirman que si no les venden la junta de vecinos que se conformó tras la ocupación ilegal.
“Al ver que yo estoy poniendo mi documentación de propiedad al día se ven preocupados y me propusieron comprar para terminar el conflicto, volví a negarme me dijeron que ingresarán al predio aunque se ejecute un desalojo”, contó Candia.
Del mismo modo, Alberto Gómez Clementelli, presidente de la Asociación de Predios Agropecuarios (Asppa) del sector urbano manifestó que las junta vecinales que se conformaron en la invasión de su predio Talla Grande, también lo quieren obligar a vender.
“Nadie en este país puede obligar a alguien a vender su propiedad. Además la oferta que hacen los avasalladores termina siendo un robo”, acotó Gómez.
En otros casos, esta estrategia que utilizan los avasalladores logra alcanzar su cometido, es el caso de María Iglesias ex propietaria de 46 hectáreas en Clara Claridad.
“Yo no hubiera vendido mi propiedad si no se hubieran entrado los avasalladores, pero ellos no permitían ni que nos acerquemos al terreno. Recuerdo que una vez hasta en presencia de dos policías que fueron a investigar nos persiguieron en un vehículo mientras nos disparaban, gracias a Dios no nos alcanzaron las balas porque logramos escapar”, expresó la víctima.
Tras ese incidente, Iglesias nunca más volvió a su parcela ya que en su calidad de dama de la tercera edad no pudo hacerle frente a los avasalladores.
Finalmente, poco a poco vendió las parcelas, y prácticamente se comió el dinero ya que como la venta se realizo en pequeños predios el dinero se fue terminando sin darse cuenta.
No obstante, heredó los conflictos de avasallamiento a sus compradores, claro que ellos tienen toda la juventud y la predisposición para luchar contra el delito.