Sindicatos agrarios y crecimiento urbano (Los Tiempos, 28.03.13)
Por Jorge Rodríguez
A los “Sindicatos Agrarios” que se auto titulan de ecologistas, habrá que recordarles que la ecología consiste en preservar los eco-sistemas naturales y no en destruirlos con la intervención humana que tiende a causar su desaparición y finalmente afecta a la madre tierra.
Pensábamos que ya no había más de que asombrarse, pero al parecer en este campo nos queda mucho camino por recorrer.
En el tema del crecimiento urbano, nos ha causado asombro el hecho de que los “Sindicatos Agrarios” exijan que se ponga en marcha la Ley Nº 247, de 5 de junio de 2012, de Regularización del Derecho Propietario sobre Bienes Inmuebles Urbanos y su reglamentación mediante el DS 1314, que ha sido promulgada por el Estado Plurinacional sobre el tema del crecimiento urbano creemos que con justa razón para que se legalicen áreas próximas a los centros urbanos que cuentan con asentamientos humanos de larga data y tienen habilitados sistemas de agua potable y alcantarillado.
No creemos que este decreto signifique nada más y nada menos que se modifiquen normas en vigencia, como las del Parque Nacional Tunari, o que se vaya a afectar, por capricho de algunos mal llamados “dirigentes agrarios”, terrenos de uso agrícola y pecuario.
Si el crecimiento urbano tuviera que afectar terrenos de uso agropecuario o terrenos que han sido declarados como áreas forestales o de protección forestal, como es el caso de la zona lechera de Cochabamba y el Parque Nacional Tunari (PNT), existen normas que las rigen, en el caso de los terrenos utilizados para la producción lechera o los terrenos destinados a la producción agrícola éstas están protegidas por la Ley de Reforma Agraria que ha consolidado estos terrenos para este uso.
Los terrenos que fueron “afectados” por la Ley de Reforma Agraria de 2 de agosto de 1953, destinaba terrenos tanto para los expegujaleros como para el propietario ya sea para uso agrícola o de pastoreo, dentro de lo que se ha denominado como “tipos de uso de suelo”, lo que significa que los “Sindicatos Agrarios” que creen tener el derecho de fraccionar terrenos de uso agrícola o pecuario están infringiendo la ley que les ha concedido un derecho a la tenencia de la tierra y ha tipificado la modalidad a la que estaban destinados.
Los malos dirigentes, de los “Sindicatos Agrarios”, que en muchos casos se han dado a la tarea de fraccionar terrenos o pretenden hacerlo a la sombra de esta nueva disposición, desdicen la función para la que han sido creados y para los que el Estado les ha dotado de estos terrenos; además, en muchos casos, al tratarse de terrenos de uso común, con engaños consiguen poderes para comercializarlos (en complicidad con abogados expertos en la materia) de lo que solamente les llegan migajas a los copropietarios y en algunos casos nada.
La defensa de la madre tierra impone que los terrenos destinados a un determinado uso de suelo lo cumplan, ya que la función agropecuaria o forestal de los suelos es prioritaria sobre el fraccionamiento inmisericorde a que son sometidos terrenos que se han formado en el transcurso de millones de años, irreparables si se los destruye; la flora y la fauna, también son motivo de protección, para ello es necesario preservar áreas como el PNT, donde cohabitan animales y plantas.
El cambio climático, del que tanto se habla, y la contaminación medio-ambiental, que afectan a la madre tierra, solamente se podrán revertir mediante la ejecución de planes de forestación y reforestación, la preservación de los terrenos agrícolas y sus sistemas de riego ancestrales, normadas por “usos y costumbres”, ya que tanto los bosques, la fauna, los terrenos agrícolas y su uso en la agricultura son un patrimonio de todos los cochabambinos y se convierten en intangibles de la humanidad.
A los “Sindicatos Agrarios” que se auto titulan de ecologistas, habrá que recordarles que la ecología consiste en preservar los eco-sistemas naturales y no en destruirlos con la intervención humana que tiende a causar su desaparición y finalmente afecta a la madre tierra.