Compromisos de exportación impulsan a Gobierno a abrir áreas protegidas (El País, 16.07.13)
Ante el inminente inicio de operaciones hidrocarburíferas en el Parque Nacional Aguaragüe por parte de YPFB Petroandina, El País entrevistó al investigador del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB), Jorge Campanini, a fin de que comparta con Tarija algunos de sus puntos de vista. Las áreas protegidas y los motivos del gobierno para realizar actividades hidrocarburíferas en ellas son algunos de los principales temas presentes en la siguiente entrevista. El País (EP): El vicepresidente Álvaro García Linera cuestionó las leyes y normas de protección ambiental de los parques nacionales, áreas protegidas y de consulta previa, afirmando que éstas se hicieron en épocas neoliberales“para cuidar los reservorios para gente de afuera, del norte y de arriba”. En tu criterio, ¿Cuánto de verdad existe en esta afirmación?
Jorge Campanini (JC): Creo que de ser así, como expresa el Vicepresidente, las áreas protegidas creadas para conservar los recursos para gente del norte y arriba, tendríamos que preguntar: ¿es justificable abrir las áreas protegidas a operaciones hidrocarburíferas cuyos actores estelares son las transnacionales que son las que tienen contratos firmados con YPFB durante este Gobierno?
EP: ¿El parque Aguaragüe entraría en la categoría a la que se refiere el Vicepresidente?
JC: La afirmación del Vicepresidente en este caso particular no tiene asidero, dado que el Aguaragüe antes de su establecimiento como área protegida ya era zona de operaciones hidrocarburíferas que continúan desarrollándose en la actualidad.
EP: En tu criterio, ¿A qué se debe el fuerte interés del Gobierno de explorar y explotar hidrocarburos en reservas nacionales y territorios indígenas?
JC: Se debe a la necesidad de cumplir los compromisos de exportación adquiridos con Brasil y Argentina. El Gobierno necesita garantizar la exportación de esta materia prima y contar con los fondos suficientes que sostengan su plan de gobierno. Pero lo que no toma en cuenta es el costo de perder este recurso para satisfacer la demanda interna a mediano y largo plazo, y que en la actualidad, con el virtual agotamiento del petróleo, significa alrededor de 75% de los ingresos del IDH.
Además, hasta ahora nadie puede explicar la súbita desaparición -o manipulación de las empresas- de las reservas probadas de gas de 26,7 TCF en el 2005 a 9,94 TCF en 2009, situación que nos llevó a replantear las prioridades y estrategias de obtención de gas (no podíamos ni proporcionar el gas solicitado para el funcionamiento del Mutún).
Entonces, esto se plasma en la ampliación de áreas hidrocarburíferas, de presentación de nuestra potencialidad gasífera en diferentes eventos, la licitación de áreas que ya fueron estudiadas por YPFB. Y ahora, con el anuncio de intervención en áreas protegidas, donde además se encuentran asentados varios pueblos indígenas, se violentaría los derechos y normas que los protegen.
EP: ¿Qué emprendimientos hidrocarburíferos existieron en el pasado en el Aguaragüe?
JC: El parque fue intervenido desde los años 20 con la presencia de la norteamericana Gleen McCarthy, que posteriormente cedió sus derechos a la Standar Oil y ésta empezó a operar en los campos de Sanandita y Camatindi, instalándose una refinería en la primera. En la década del 50 confluyen, además de las mencionadas, las empresas Chaco Petroleum y YPFB, concentrándose en el campo Los Monos y en los 70´s YPFB opera en la zona de Caigua.
Vale mencionar que YPFB pasó a ser protagonista en la industria luego de la nacionalización de 1969, impulsada por Marcelo Quiroga Santa Cruz, dado que anteriormente quien tenía el monopolio de los hidrocarburos en Bolivia era la Gulf Oil, que se benefició con todas las exenciones del código Davenport, relegando a la empresa estatal a una función meramente administrativa.
Luego, el gobierno de Goni volvió a abrir las puertas a las transnacionales, otorgándoles todos los beneficios y facilidades posibles con la promulgación de la Ley de Hidrocarburos de 1996. A partir de allí, la zona del Aguaragüe fue controlada –casi en su totalidad- por la empresa norteamericana Amoco, que se adueñó de la nacional Chaco y hasta 2004 tenía contratos de exploración y explotación a lo largo de la serranía. En 2005 solo contaba con los contratos de explotación en Caigua y Los Monos.
EP: ¿Qué consecuencias produjeron estos pasados emprendimientos (sociales, ambientales, económicos, salud, etc.)?
JC: Las consecuencias evidentes de las actividades pasadas son justamente el rastro dejado por las mismas, vale decir, los pasivos ambientales: pozos petroleros que fueron alguna vez operados o se perforaron con la intención de hallar petróleo que no fueron correctamente clausurados y hasta la actualidad vienen generando niveles de contaminación por hidrocarburos considerables debido a los constantes derrames y emisiones.
También han dejado una cantidad considerable de equipamiento petrolero (tuberías, campamentos, tanques de almacenamiento, entre otros), que han modificado totalmente el paisaje y son fuente de contaminación.
Se estima la existencia de 57 a 60 pozos en toda la serranía, concentrándose la mayoría en las zonas de Sanandita, Caigua y Los Monos.
Además, existen otros impactos indirectos tan o más importantes que los propios pasivos ambientales: Los caminos construidos por las petroleras facilitan actividades como la tala ilegal de madera, la caza furtiva, además de la expansión de actividades agro-ganaderas en el área protegida. También se ha generado una suerte de colonización de varias zonas generándose disputas entre campesinos e indígenas.
EP: ¿Qué actividades de mitigación se emplearon y cuáles fueron sus logros?
JC: El año 2007 la estatal YPFB encargó a una consultora la realización de un diagnóstico del estado de los pozos abandonados en el área protegida, esto a solicitud y presión de las comunidades indígenas. El resultado de este trabajo fue la identificación de pozos en estado crítico para proceder posteriormente al control y cierre. Esto implica el tratamiento de suelos empetrolados, el control de los efluentes y la clausura definitiva.
Actualmente, se culminó con el cierre de dos pozos en Caigua y dos pozos en Sanandita producto de esta evaluación. En 2005 se cerró el Camatindi X1000, operado por Chaco, en el que no se obtuvo resultados satisfactorios, sino que más bien trajo consecuencias ambientales de consideración en la zona.
EL AGUARAGÜE EN LA ACTUALIDAD
El Aguaragüe es atravesado por una serie de ductos en los que transita sobre todo el gas destinado a la exportación hacia Brasil y Argentina, producido principalmente por los megacampos de San Antonio – Sábalo, San Alberto, Itau y Margarita; esto incluye instalaciones de bombeo y otros. Vale la pena acotar que Se perforó un túnel de más de dos kilómetros en el Aguaragüe para la instalación de estos ductos, lo cual ha modificado drásticamente el entorno y según los pobladores ha provocado una disminución considerable en la cantidad de agua.