Vivienda, Loteamiento y mancha urbana (http://www.fundacionabril.org, 11.06.13)
Como en otras regiones del país, Cochabamba tiene como segundo mayor problema, después del agua, el acceso a terreno y suelo urbano. Las soluciones de arriba, de los gobernantes, no solo no han resuelto el problema sino que han empeorado en muchos casos la situación y, sumado a esto, el crecimiento poblacional y la inmigración están llevando a la ciudad a una expansión caótica que pone en riesgo las últimas zonas agrícolas del área metropolitana Cochabambina.
La ley 247, Ley de Regularización del Derecho Propietario sobre Bienes Inmuebles Urbanos Destinados a Vivienda, promulgada en 5 Junio 2012, tiene por objetivo: “(…) la regularización del derecho propietario de personas naturales que se encuentren en posesión continua, pública, pacífica y de buena fe, de un bien inmueble destinado a vivienda, ubicada dentro del radio urbano o área urbana”. Sin embargo, esta ley no se centra en solucionar de manera integral y colectiva el problema de la vivienda, solo da “papeles” de propiedad a todo aquel que no tenia, dando impunidad a loteadores que estafaron a gente de escasos recursos, vendiendo suelos ilegales, sin servicios públicos y ni siquiera apertura de calles. Con este “perdonazo” no se ha solucionado la crisis de vivienda ni del acceso al suelo.
A nivel local se han redactado otras disposiciones contrarias a nuestro horizonte de una vivienda digna: El Concejo Municipal aprobó la modificación de la mancha urbana en un parámetro de 14 mil hectáreas, en detrimento de zonas agrícolas, dando paso al crecimiento caótico de la urbe, con barrios absolutamente precarios, sin vías de acceso y excluidos geográficamente. Lo único que mejoró fueron los bolsillos de algunas personas que ven hambrientos cómo las tierras suben de precio, engordan, para que finalmente puedan ser vendidas a quien pueda pagarlas. Además, las “zonas urbanas” pueden ser reconocidas de manera discontinua, es decir que pueden existir incluso si están rodeadas de zonas agrícolas que, eventualmente, desaparecerán por la presión interna y el chantaje de los loteadores.
En conclusión, el contubernio entre mafias de loteadores e instituciones públicas está convirtiendo una necesidad tan grande como el acceso a una vivienda digna en un gran negocio; las consecuencias de este accionar van desde la pobreza, la inhabitabilidad, el crecimiento caótico y disperso de los barrios hasta la inseguridad ciudadana, la contaminación o la falta de agua. Al parecer la ambición de unos pocos está por encima de los problemas de la gente.
Debemos tomar conciencia que las soluciones siempre vendrán de nosotros mismos, de nuestras propuestas, nuestras organizaciones y nuestra capacidad de movilizarnos.
El problema del suelo debe pasar por un análisis colectivo y un debate regional, priorizando las áreas agrícolas y de recarga hídrica, luchando frontalmente contra los loteadores con políticas públicas que vayan a la raíz del problema: sacar al suelo del mercado. Esto solo se conseguirá con el reconocimiento de terreno colectivo en áreas urbanas y la creación de un banco de tierras que evite el tráfico y mercantilización del suelo.
En ese sentido, la OINCO propone un proyecto revolucionario de vivienda social, comunitaria y ecológica que se presenta como una alternativa real a la problemática de la vivienda y la tierra en Cochabamba. Este proyecto no solo apunta a la tenencia colectiva del terreno, sino que lo aprovecha al máximo (crecimiento vertical en eco-condominios). Además se reconocen áreas comunes de trabajo, reutilización del agua, huertos urbanos y una gestión comunitaria de los barrios. Por estas razones, nuestras propuesta es la única solución a nuestros problemas, no bajemos los brazos que ya estamos cerca de concretar nuestro anhelado proyecto.
¡VIVA LA OINCO! ¡MUERAN LOS LOTEADORES Y LOS FUNCIONARIOS PUBLICOS CORRUPTOS!