YPF propone exploración y, en caso positivo, utilizar el “fracking” para extraer “shale gas” (Economía Bolivia, 30.5.13)
El País-Plus.- El vicepresidente de Servicios Compartidos de YPF (Argentina), Sergio Afronti, ratificó el interés de la estatal argentina para exploración en Charagua, Irenda y Abapó, cuyos resultados se conocerían dentro de nueve meses.
De ser positivos dichos resultados, se negociará un contrato de exploración. Adicionalmente, YPFB e YPF estarían interesados en firmar otro convenio, referido a iniciar estudios de shale gas en Bolivia, y un tercer convenio para capacitación técnica y tecnológica de personal boliviano en este rubro. En conferencia de prensa, Carlos Villegas afirmó que “todo esto teníamos que firmar ahora (jueves 23 de mayo), pero se concretará la siguiente o la subsiguiente semana cuando llegue Miguel Galuccio a Bolivia. Lamentablemente, se le presentó un imprevisto y tuvo que hacer un viaje con la Presidenta de la Argentina”.
Sin embargo, disertantes nacionales e internacionales del III Congreso Internacional de YPFB Gas & Petróleo, evitaron referirse a los riesgos en la exploración y explotación de hidrocarburos no convencionales.
Mientras tanto, la posición de analistas internacionales como la de Hervé Kempf, del diario Le Mond, puede resumirse en que el hecho de que exista potencial no significa que necesariamente los resultados sean los esperados. Así, Kempf informó recientemente que “el 8 de mayo se supo que dos compañías de gas, Talisman Energy y Marathon Oil, se retiraban de la exploración de gas de esquisto en Polonia. ¿Por qué? Porque no han encontrado bastante gas, que ha demostrado no ser tan fácil de extraer como en los Estados Unidos. De 43 pozos perforados hasta hoy en Polonia, sólo 12 han producido gas. Polonia, a quien se le habían prometido reservas inmensas de cinco trillones de metros cúbicos, reducidas enseguida a 800.000 millones, descubre la diferencia entre lo potencial, lo posible y lo factible”.
Por su parte, el geólogo canadiense, David Hughes, en un estudio publicado por el Post Carbon Institute en febrero, ha analizado los datos históricos de producción de 65.000 pozos perforados en los EE. UU. En dicho estudio evidencia que la producción de shale gas sólo puede mantenerse a niveles elevados si es que constantemente se continúan perforando nuevos pozos. En efecto, el rendimiento de un pozo aislado disminuye muy rápidamente con el tiempo. Por ello, analistas nacionales coinciden en señalar que habría que esperar a ver los resultados de la incursión de YPF Argentina en la exploración y producción de gas esquisto antes de que YPFB se aventure a hacer lo propio en una Bolivia que supuestamente tiene grandes reservas de gas convencional.
“Fracking”: La técnica de extracción del shale y sus riesgos
La periodista Ana Laura Abresú publicó una nota donde explica la forma en que se extraen los hidrocarburos no convencionales y los riesgos que esta actividad puede generar. La técnica de extracción se llama “fracking” o fractura hidráulica, y utiliza enormes volúmenes de agua mezclados con arena y productos químicos, que pueden ser nocivos para la salud y el medio ambiente.
Abresú detalla: “La metodología consiste en una perforación vertical entre 100 y tres mil metros, seguida de hoyos horizontales a unos mil metros a todo lo largo de la formación rocosa, donde usualmente se inyectan por pozo entre 76 mil y 300 mil litros de agua y arena a presión (a un gradiente de 18 kilopascales por cada metro de profundidad), que a su vez fracturan la roca y de esa manera se libera el gas”.
Se presume que alrededor de un 2% de ellos está constituido por benceno, xilenos, cianuro, algunos metales pesados como plomo, mercurio y otros elementos radioactivos “que eventualmente pueden aparecer en la superficie de las inmediaciones donde se realizan las extracciones”.
De acuerdo con Abresú, varios estudios realizados por académicos de la Universidad de estadounidense de Cornell y publicados en la revista Climatic Change, comenzaron a rechazar la utilización del shale gas. La técnica de extracción de estos hidrocarburos no cumpliría los requisitos ecológicos dispuestos por autoridades internacionales, especialmente debido a la extrema toxicidad de las sustancias utilizadas. Dichos estudios habrían demostrado que “los gases de esquistos son más contaminantes que el petróleo y sus análogos convencionales, pues libera metano, un gas con un efecto invernadero 25 veces más potente que el dióxido de carbono (…) Sus emisiones nocivas paralelas son al menos un 30 por ciento mayor e incluso llegan a ser el doble que las del gas convencional”.
Por su parte, Greenpeace, alertó que casi el 80 por ciento del fluido inyectado vuelve a la superficie como agua de retorno, y el resto queda bajo tierra, donde permanecen atrapados aditivos y subproductos del proceso, entre ellos metales pesados e hidrocarburos.
Otras investigaciones a raíz de la polémica medioambiental, entre esas una publicada en la, demuestran el impacto negativo para la salud de esta técnica.
Según Abresú, investigaciones publicadas en la revista especializada Proceedings of the Nacional Academy of Sciencies, existirían “pruebas de contaminación de agua por metano asociadas a los flujos de extracción en pozos subterráneos en localidades estadounidenses de Pensilvania y Nueva York, zonas de mayores perforaciones en esa nación norteamericana. En lugares próximos a ellos aumentan las concentraciones promedio y máximas de metano en pozos de agua potable”.