En Bolivia, la supremacía sobre los recursos naturales, especialmente los hidrocarburos, ha sido sacrificada mediante diversos mecanismos jurídicos, económicos y diplomáticos, tanto legales como ilegales. A pesar del creciente descontento social por recuperar estos recursos, las transnacionales, con la colaboración de la diplomacia española hacia Repsol YPF, continúan socavando la soberanía nacional.
La soberanía se entiende desde dos perspectivas: la interna, que se refiere a la capacidad del Estado para establecer y hacer cumplir sus propias leyes, y la externa, que implica la igualdad jurídica entre naciones.