La bonanza internacional en los precios de minerales en Bolivia no se ha traducido en riqueza ni empleos, sino en disturbios sociales, con sectores de la población compitiendo por la explotación de minerales.A pesar de ser un importante productor de estaño, wólfram, plomo, plata, zinc, antimonio y bismuto, el país enfrenta desafíos significativos.
Por más de las advertencias sobre la huida de inversiones, desde 1990 hasta 2009, la inversión privada en el sector minero ha aumentado de manera notable, desafiando las expectativas iniciales sobre el impacto del cambio de gobierno.
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