A la fecha (2015-2016) se tienen 14 autorizaciones para realizar reconocimiento superficial, sobre todo en la zona no tradicional, la amazonia e incluso en proximidades del lago Titicaca.
Muchos de estos reconocimientos consisten en exploraciones sísmicas 2D y 3D, donde es característico realizar una cantidad importante de detonaciones subterráneas para poder recabar información sobre la posibilidad de un yacimiento hidrocarburífero.
Varias de estas autorizaciones se han dado sobre áreas protegidas (en este escenario se compromete sobre todo a los parques Iñao y Aguaragüe señalados con los números 1 y 8 en el gráfico) y territorios indígenas, sobre cuyos alcances ya hemos hablado en otras publicaciones.
Como advertimos, los proyectos están dirigidos a sustentar una política de carácter extractivo en un escenario de precios bajos de las materias primas y donde la tercerización, además de empresas transnacionales juegan un rol importante.
Esta expansión de la frontera hidrocarburifera representa una amenaza a la estabilidad ecológica y social de la zona.