CEDIB revela que caen calidad y cantidad de empleos en hidrocarburos y minería, pese a “nacionalización”
A propósito de la noticia publicada ayer en El País, bajo el título “Repsol se compromete a entregar listas de servicios y trabajadores contratados”, la publicación digital Petropress hizo conocer que el Centro de Documentación e Información de Bolivia (CEDIB), reveló un constante deterioro en la cantidad y calidad de las condiciones laborales en los sectores energético y minero, pese a las medidas (¿o a consecuencia de ellas?) como la “nacionalización” hidrocarburífera.
En la sección Comentarios de la página web de El País, Petropress facilitó un vínculo a la investigación efectuada por Marco Gandarillas G., profesional del CEDIB, quien demostró que pese a que la producción de hidrocarburos y minería se constituyó en más del 18 por ciento del PIB el 2011, un bajo porcentaje de la población tiene empleo en estas áreas.
“La población empleada en la minería es menor al tres por ciento de la población económicamente activa, es decir la minería aporta significativamente a las exportaciones, pero genera muy poco empleo”, precisó Gandarillas.
El estudioso señaló que las políticas neoliberales y de privatización, en sectores extractivos, generaron reducción en fuentes de empleo, además de bajar la calidad y el tiempo de un contrato.
En el sector hidrocarburífero, que simboliza el eje económico del departamento de Tarija, Gandarillas resumió esta realidad en tres simples palabras: “Reducción del empleo en las transnacionales”.
Los datos son precisos del investigador; por ejemplo, indicó que la reducción del número de trabajadores petroleros estatales (YPFB) fue dramática, pasando de 2.528 en 1997 (una reducción de 43 por ciento respecto del año anterior de 8.480) a 598 en 2002 (una reducción de 76 por ciento en 5 años de ajuste estructural).
Acercándonos a la realidad, señaló que la ola de despido llegó a su máximo el 2005, un año antes de la nacionalización de hidrocarburos. Transnacionales como la francesa Total Final llegó a tener 31 trabajadores, la brasilera Petrobras, ‘dueña’ de los dos más importantes megacampos gasíferos (60 por ciento) contó apenas con 846 obreros, y la española Repsol, segunda en importancia en el país, tenía 310 trabajadores permanentes.
LA SUBCONTRATACIÓN SE APODERÓ DEL SECTOR
“El informe temático sobre Desarrollo Humano del Programa PNUD Bolivia en 2005 estableció que en la localidad de Villa Montes – identificada como la nueva capital petrolera – se multiplicaron el número de empresas subcontratistas petroleras”.
El estudio de la PNDU señala algo que hoy en día no presenta grandes cambios. “Los empleados cualificados que forman parte de las plantillas de las grandes empresas se trasladan en aviones comerciales cuando van al Chaco, mientras sus planteles operativos se establecen en forma temporal en campamentos rurales o periurbanos – donde se contrata a alguno de los obreros desempleados que hacen largas vigilias cerca de sus entradas”.
¿Cruda realidad? Al parecer sí, por lo menos así lo reflejan las movilizaciones y estados de emergencia en Yacuiba, Villa Montes, Caraparí y Entre Ríos, que a menudo activan paros y huelgas por parte de comunarios o residentes de la zona que demandan trabajos permanentes, mientras, los ejecutivos se transportan en avionetas o vuelos comerciales con rumbo a sus lugares de origen.
Según el estudio de Gandarillas, las empresas petroleras han preferido incidir más en la subcontratación, llamada también ‘Tercerización’, para abarcar servicios como alimentación, limpieza de los campamentos petroleros y vías; todo ello para reducir gastos y tener menos contratos en sus planillas.
Como muchos expertos y analistas del área señalan, y lo dice el estudioso, en Bolivia no se dispone de datos actualizados de empleo en el sector petrolero, aunque como muestra Repsol cuenta a 2011 con 95% de los trabajadores tercerizados, es decir es el país donde la transnacional ha reducido más drásticamente la calidad y temporalidad del empleo, y sobre el sueldo, la cifras son aún más dramáticas.