Evo promulga la Ley fundacional del “salto industrial”, eje del “capitalismo andino” (Bolpress, 16.10.2012)
El gobierno del MAS trastoca el “vivir bien” y subordina los derechos de la Madre Tierra a su política extractivista
Redacción Bolpress
El Presidente Evo Morales promulgó el 15 de octubre la Ley de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien (MTDIVB), considerada el marco normativo fundacional del plan nacional de desarrollo, más conocido como el “salto industrial” del “capitalismo andino”, concebido por el Vicepresidente Álvaro García Linera.
La Ley MTDIVB perfila un nuevo modelo de “desarrollo integral” que equilibrará la explotación de recursos naturales para satisfacer necesidades humanas y la preservación de la Madre Tierra, reconociendo que la naturaleza “es un ser vivo”, destacó el Vicepresidente en la promulgación de la nueva norma este lunes en Palacio de Gobierno.
La Ley tiene por objeto establecer la visión y los fundamentos del desarrollo integral en armonía y equilibrio con la Madre Tierra como fase intermedia para el Vivir Bien, garantizando la continuidad de la capacidad de regeneración de los componentes y sistemas de vida de la Madre Tierra, y recuperando los saberes locales y conocimientos ancestrales, en el marco de la complementariedad de derechos, obligaciones y deberes; así como los objetivos del desarrollo integral, define el Capítulo I de la norma.
Según el Vicepresidente, la Ley MTDIVB reconoce la concepción indígena de la naturaleza como un ser vivo, del cual los seres humanos “somos una más de sus criaturas; y por lo tanto nosotros no tenemos derecho a aniquilar, a destruir, a maltratar a la naturaleza porque nos protege, nos cobija, nos alimenta, es más importante que nosotros y tiene derecho a vivir, reproducirse, continuar y prevalecer” para satisfacer las necesidades de las generaciones futuras.
“Esta Ley de la Madre Tierra tiene la orientación de definir un modo de desarrollo encontrando equilibrio entre la satisfacción de necesidades básicas, producción y preservación de la Madre Tierra…”. La norma reconoce el derecho a usar los recursos naturales, “pero sin destruir el medio ambiente… Si hay que producir, si hay que cultivar, si hay que usar el agua y si hay que sacar algún mineral lo haremos, pero no destruyendo ni aniquilando el medio ambiente”, aseguró García Linera.
Evo Morales reiteró que es posible explotar los recursos naturales no renovables, pero en equilibrio y complementariedad con la naturaleza, porque esos recursos “nunca más volverán”. “Si no se cuida a la naturaleza, Pachamama, el ambiente o como quiera que se le llame, sencillamente no hay vida ni humanidad, y con esta ley queremos proponer cómo vivir en equilibrio y complementariedad con la madre tierra”, argumentó el Jefe de Estado.
La importancia capital de la norma radica en que se constituye en la fuente principal para el desarrollo de leyes específicas, políticas, estrategias, planes, programas y proyectos del nivel central del Estado Plurinacional de Bolivia y de las entidades territoriales autónomas. (Artículo 2)
“Estamos absolutamente conscientes de que esta Ley es la base para la protección de los derechos de la madre tierra y puede determinar para el futuro si estamos bien o no”, dimensionó la presidenta de la Cámara de Diputados Rebeca Delgado. Por eso, a partir de esta Ley marco “tendrían que salir el nuevo modelo de desarrollo económico con miras a 2025, y nuevas leyes que efectivamente den lugar a lo que siempre está repitiendo nuestro compañero Presidente: erradicar la extrema pobreza y vivir bien”.
La Ley del capitalismo andino
García Linera está “muy orgulloso” de la Ley MTDIVB porque, dice, nació “de las organizaciones sociales y recoge el modo de pensar, producir y de vivir de las naciones indígenas originarias, y ahora se convierte en Ley General del Estado Plurinacional”.
Lo cierto es que la norma fue redactada a espaldas de las organizaciones del Pacto de Unidad, y vulnerando los derechos de la Madre Tierra y de los pueblos indígenas consagrados en propia la Carta Magna, denunciaron legisladores indígenas y dirigentes del Consejo Nacional de Marcas y Ayllus del Qullasuyo (Conamaq).
El Vicepresidente resalta que la nueva Ley “modifica los paradigmas de la economía y las reglas fundamentales de la producción”, y gracias a ella “vamos a vivir en equilibrio y complementariedad con la naturaleza; vamos a cuidar los bosques y la amazonia, pero para nosotros, no para los gringos…”.
Sin embargo, la Ley MTDIVB “no propone un cambio de las bases estructurales del sistema capitalista, ni una reconfiguración del Estado nación. Antes que ser una ley Marco de la Madre Tierra, es una ley de Desarrollo Integral (que) plantea un modelo de desarrollo antropocéntrico supuestamente en armonía con la Madre Tierra, pero no subsumido a ésta… Solo conserva el ‘Vivir Bien como horizonte civilizatorio alternativo al Capitalismo’ y el ‘Equilibrio con la Madre Tierra’ de manera enunciativa (propaganda)…”, deplora el Conamaq. [1]
En realidad, la MTDIVB modifica el proyecto político de la “revolución cultural”, es decir la construcción de una nueva sociedad cimentada en los valores comunitarios de las naciones originarias, que supuestamente permitiría transitar del “capitalismo depredador” hacia el socialismo comunitario; y define como nuevo “horizonte” del proceso de cambio la “modernización” nacional a través de explotación e industrialización acelerada de recursos naturales.
Se suponía que el “vivir bien” era un “modelo civilizatorio y cultural alternativo al capitalismo, la modernidad y el desarrollo, concebido desde las cosmovisiones de las naciones y pueblos indígenas originarios, entendido como ámbito cultural, social y práctico que permite el encuentro armonioso entre el conjunto de seres vivos, los seres humanos y la Madre Tierra”. [2]
El propio García Linera decía que la dimensión comunitaria incluida en la nueva Constitución Política del Estado Plurinacional aprobada el 7 de febrero de 2009 no solo viabilizaría y haría posible el antiguo socialismo que luchaba por la igualdad con justicia y equidad, sino que garantizaría la sobrevivencia de la vida en la Tierra.
Pero, en 2011 el Vice trastocó el discurso y redefinió el concepto de “vivir bien” como el “desarrollo del Estado Plurinacional, productivo y autonómico” para que “asuma por sí mismo la representación del interés general” y genere excedentes económicos que garanticen servicios básicos a la población, manejando “la tensión entre desarrollo productivo y protección de la naturaleza”. [3]
En plena sintonía con el proyecto “capitalista andinoamazónico” del Vice, la Ley MTDIVB, desde el capítulo I, reduce el “vivir bien a un fin del desarrollo integral, y convierte a la madre tierra en una cenicienta y en un componente del desarrollo integral”, opina el ex asambleísta del MAS y ex viceministro de Planificación Raúl Prada. Además, revalida el concepto de “recursos naturales”, pese a que el Pacto de Unidad lo rechazó porque expresa un contenido capitalista y mercantilista de apropiación y explotación de la madre tierra.
Los fines de la Ley masista son: “Establecer los objetivos del desarrollo integral que orientan la creación de las condiciones para transitar hacia el Vivir Bien en armonía y equilibrio con la Madre Tierra; Orientar las Leyes Específicas, políticas, normas, estrategias, planes, programas y proyectos del Estado para el Vivir Bien a través del desarrollo integral en armonía y equilibrio con la Madre Tierra; y Definir el marco institucional para impulsar y operacionalizar el desarrollo integral en armonía y equilibrio con la Madre Tierra para Vivir Bien”. [4]
Como se puede ver –expone Prada– los fines y objetivos no tienen que ver con la madre tierra sino con el “desarrollo integral”, que no es otra cosa que “la continuidad del modelo extractivista, barnizado con el término de desarrollo integral y adornado con los símbolos de la madre tierra, acompañando con enunciaciones generales sobre los derechos y lo comunitario”.
Según el ex constituyente del MAS, “se ha perdido el sentido integral, abarcador, transversal y vital de la madre tierra; se ha perdido el proyecto civilizatorio del vivir bien reduciéndolo a pautas de comportamiento y códigos morales”, todo con el fin de “adecuar una normativa restringida de la madre tierra al modelo extractivista mantenido y extendido por el gobierno. Es una ley más que ampara el modelo extractivista, compatible con el Código Minero y la Ley de Hidrocarburos”.
Por si fuera poco, la Ley MTDIVB no respeta mínimamente los derechos de los pueblos indígenas, lamenta Bartolomé Clavero, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla y miembro del Foro Permanente de Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas en el periodo 2008-2010. Si bien la norma reconoce el derecho a la consulta previa, lo hace en un contexto de “participación y opinión ciudadana” difuso y sin ningún poder de decisión o carácter vinculante. [5]
La norma define que “los procesos productivos mineros e hidrocarburíferos se desarrollarán en el marco de instrumentos específicos de regulación y gestión de los sistemas de vida, mismos que estarán sujetos a procesos de monitoreo técnico integral recurrente e interinstitucional y auditorías de sistemas de vida con participación de la población afectada por éstos procesos productivos”.
“Cuando los mismos se desarrollen en territorios de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, comunidades interculturales y afrobolivianas, la participación en dicha auditoría se realizará en el marco de sus normas y procedimientos propios”. No obstante, el Estado definirá las metas e indicadores anuales y plurianuales de los objetivos de desarrollo integral y los “procesos de producción…. en función del interés público…”. (Artículo 15)
“Nuestra política estatal de las naciones indígenas originarias no puede confundirse, ni puede ser manipulada con esa otra lógica del llamado capitalismo verde”, aclara García Linera, aludiendo a algunos “destructores y depredadores” de la naturaleza que “hipócritamente” defienden la Amazonía boliviana y el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS).
“Producción con preservación y planificación integral y participativa” son los aspectos fundamentales de la nueva legislación, proclama García Linera, pese a que su Ley soslaya casi todos los principios doctrinales de la Constitución [6] y los mandatos de la Conferencia de los Pueblos y Movimientos Sociales contra el Cambio Climático de Tiquipaya-Cochabamba. [7]
En realidad, la Ley MTDIVB solo expresa la visión de “desarrollo” del Vice, quien parece haberse tomado muy en serio el papel de caudillo infalible de la “revolución cultural” y único “iluminado” del “proceso”.
Notas:
1. Carta enviada a la presidente de la Cámara de Diputados Rebeca Delgado, 23 de agosto de 2012.
2. Anteproyecto de ley de la Madre Tierra del Pacto de Unidad: CSUTCB, Bartolinas, Interculturales, CONAMAQ, CIDOB.
3. Taller temático Tierra y Territorio, Vicepresidencia de Bolivia, La Paz, 27 y 28 de julio de 2011.
4. Establece que el Estado Plurinacional impulsará de forma progresiva y de acuerdo a las circunstancias locales la creación y fortalecimiento de patrones de producción más sustentables, limpios y que contribuyan a una mayor calidad ambiental a partir del diálogo de saberes entre la ciencia moderna y la sabiduría ancestral de nuestras naciones y pueblos indígena originario campesinos, comunidades interculturales y afrobolivianas, mediante: Acciones para promover el incremento progresivo de la eficiencia en el uso y aprovechamiento sustentable de los componentes no renovables de la Madre Tierra y para que los procesos vinculados a actividades extractivas e industriales utilicen las mejores tecnologías disponibles para prevenir, mitigar y remediar los daños causados y para restaurar los componentes y las zonas de vida de la Madre Tierra.
5. http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2012061202
6. La revolución democrática parte del reconocimiento de las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos pre existentes a la invasión colonial, y su derecho a la libre determinación en los territorios que dominan ancestralmente. El nuevo Estado Plurinacional y su Organización Económica tienen como núcleo articulador a las formas institucionales y económicas comunitarias ancestrales, alternativas solidarias y recíprocas en el área rural y urbana (Artículos 334, 255 y 311) para que contribuyan al desarrollo económico social del país de acuerdo a su identidad cultural y productiva (Artículo 406). El Estado reconoce, respeta, protege, fortalece y promueve la forma de organización económica comunitaria que comprende los sistemas de producción y reproducción de la vida social, fundados en los principios y visión propios de las naciones y pueblos indígena originario y campesinos. (Artículos 47 y 307)
7. La famosa cumbre de Tiquipaya concluyó que la solución de la crisis ecológica depende de la “re conexión del ser humano con la naturaleza” lo que supone un cambio del modelo de vida. (Mesa 1) Por ello, la humanidad precisa reencontrarse con sus raíces culturales colectivas y revalorizar los conocimientos de pueblos indígenas y campesinos que han mantenido diferentes formas de vida en armonía con la naturaleza. (Mesa 7).