Presente en el segundo plantón por la libertad de Nina y Henry (Bolpress, 1.10.2012)
¡Inocentes!
Virginia Aillón *
Hoy, 29 de septiembre de 2012, estoy presente en el atrio de la UMSA para protestar por los 4 meses de detención injusta y abusiva de Nina Mancilla y Henry Zegarrundo, compañeros libertarios que me son dolorosamente queridos. Acusados de terrorismo y sin pruebas para tal acusación, la policía y las autoridades judiciales a cargo del caso se han enredado en su propio vericueto tratando de justificar una arbitraria detención. Audiencias suspendidas, notificaciones mal entregadas, sellos no habidos… tal cual el retrato que Kafka hizo del maligno laberinto del Estado.
El contenido de estas páginas no refleja necesariamente la opinión de Bolpress
A los anarquistas todo esto no hace más que confirmarnos nuestra férrea creencia que el Estado se organiza contra el individuo; esto es, contra la libertad.
Han sido acusados de participar en atentados contra cajeros automáticos y un viceministerio, los que evidentemente sucedieron, pero en los que ellos no participaron. Entonces la pregunta es ¿por qué los detuvieron a ellos? Conozco a ambos y esto es lo que yo he visto: ambos son libertarios, ella feminista, el vegano; ella madre sola de un hermoso niño de tres años, él un maestro de educación física de un colegio de la ciudad; ella y él activistas en defensa de los derechos de los indígenas del TIPNIS. Pero, ¡ojo! No solo del TIPNIS, también defensores de los derechos de las mujeres, de las trabajadoras del hogar, de los animales, del arte como forma de expresión libertaria… Es decir, libertarios que construyen vidas íntegras, que hacen lo que pregonan.
Entonces, si ese es el argumento para su detención, TODOS SOMOS HENRY Y NINA.
Será, me digo, porque ambos son músicos, tocan la zampoña y la guitarra eléctrica? ¿O será porque visten de manera ajena a como se supone vistan los y las jóvenes «decentes»?
Si ese es el argumento, TODOS SOMOS HENRY Y NINA.
Recordando las «pruebas» que el ministro Romero mostró a los medios de comunicación en una aberrante e indignante conferencia de prensa, me cuestiono si será que los detuvieron por leer y hacer fanzines (me pregunto si la policía y las autoridades judiciales saben algo de este medio autogestionario de comunicación que ya tiene más de 50 años de rebozante vida), o por hacer y usar parches (¿será que la policía y las autoridades judiciales se espantaron al ver un pedazo de tela con hermosos dibujos impresos?)
Si esas son las pruebas, TODOS SOMOS NINA Y HENRY.
Circula en youtube un video que compara las caras de Nina con la de alguien femenino que pone un algo incendiario en un cajero. Repetimos mil veces que ELLA NO ES NINA y yo digo que la otra parece alguien conocida. Es ridículo que con todas las TIC, la policía no pueda determinar la identidad de tal persona. ¿Será que la policía sólo usa el facebook para seguirnos, para ver qué decimos y con quienes chateamos? ¡Qué pobreza, qué ignorancia!
Pero hay más, el Estado siempre tiene más, el Estado se recrea (primera y nunca olvidada lección libertaria) ya que junto a estas detenciones, han aparecido fotografías, videos y miles de rumores, en una estrategia –y en un momento– igual o parecida a la que el Estado ha usado para desacreditar, cooptar y tratar de desorganizar a los indígenas del TIPNIS y del CONAMAQ. Igual, los libertarios hemos sido desacreditados, algunos han sido cooptados, otros han colaborado. Es obvio que alguien o algunos han colaborado con la policía en el «armado» de una lista y un video. Por supuesto que nos causa tremenda duda, sino asco, el trato diferenciado de la policía y las autoridades judiciales para con todos los inicialmente detenidos. De los más de diez detenidos, tres han quedado en la cárcel. Si yo fuera el Estado, estarían claras mis decisiones para con quienes colaboran. Esto no necesita más tinta ni más reflexión: lo hecho, hecho está y sabemos quiénes y cómo y qué.
No nos asusta a los libertarios estas actitudes aunque siempre las despreciamos. Herederos de las comunidades autogestionarias y creyentes en la libertad como máximo bien de la humanidad, podemos llegar a condolernos de quienes hablan radicalidades que se caen ante el primer soplo, son chanchitos que hacen su casa de pura paja.
Y para quienes han participado en los atentados nada más, me digo, deberían y esperaría tengan una actitud consecuente con sus actos; esto es, asumirlos de frente y no proseguir con un silencio que más parece adolescente e inmaduro. Lo grave es que con esto se vuelven autoritarios, no son ni pueden ser libertarios. Esto tampoco precisa más tinta, en todo caso espera una actitud honrada consigo mismos.
Pero volviendo a lo sustancial, así como el Estado no lo ha logrado ni con los indígenas del TIPNIS ni del CONAMAQ, tampoco lo ha logrado con nosotros; el golpe es duro y duele, pero nuestra libertad se construye en la resistencia y ahí seguimos.
Claro que estamos contra el autoritarismo del Estado; eso es patente, pero, me sigo preguntando, ¿en qué le puede agredir al Estado una forma de vida que respeta los derechos de las mujeres, de los animales, que hace del arte su forma de expresión? No somos partido ni queremos serlo, no nos interesa la toma del poder, no tenemos riquezas ni dirigimos a nadie. Pero tal vez el Estado ha hecho un ejercicio de inteligencia y se ha dado cuenta que esto es lo peligroso: nuestra indiferencia le mata, nuestro apartidismo le jode, nuestro apoyo a los derechos de los indígenas le indispone, nuestra claridad contra la derecha le molesta, y, claro está, nuestro arte le chilla en la oreja, en los ojos y en su dudosa sensibilidad (¿será que la policía y las autoridades judiciales saben algo de arte?).
No creemos en la justicia pero al menos yo no sabía que podía ser tan, pero tan caradura. Por eso y por mi creencia en la libertad y la inocencia de Nina y Henry, aquí seguiré, en estos plantones de todos los 9, 19 y 29 de cada mes porque el 29 de mayo fueron detenidos. En varias culturas, el número 9 es el signo de la persistencia. ¡Persistiremos, resistiremos!
Finalmente y dado que este texto llegará a la policía, declaro públicamente que los conceptos y comentarios vertidos son de mi entera responsabilidad, que a mí y sólo a mí me pueden achacar lo afirmado para lo que firmo con mi nombre y, como gusta a la policía y autoridades judiciales, con el número que el Estado me ha puesto en un cartoncillo verde y plastificado, así llamado carnet de identidad.
* Activista libertaria.