Marcha del Tipnis llega a La Paz en medio de tensión (Los tiempos, 28.6.2012)
LA GENTE QUE SE APOSTÓ EN LAS CALLES DIO UN CALUROSO RECIBIMIENTO A LOS INDÍGENAS
La Paz | Los Tiempos
En medio de aplausos, abrazos, mixtura y pétalos de flores lanzados por la gente que salió a las calles a recibirlos, los indígenas de la IX marcha llegaron ayer al centro de La Paz después de 61 días de caminata desde Trinidad, de donde partieron en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
A pesar de que la bienvenida de los vecinos fue calurosa y representantes del municipio y de la Iglesia Católica organizaron un recibimiento oficial en la plaza San Francisco, los marchistas vivieron momentos de tensión.
Por la mañana, mineros cooperativistas, gremialistas y campesinos afines al Gobierno participaron en una contramarcha para “defender el proceso de cambio”. Su ruta era la misma que habían previsto los marchistas de tierras bajas.
Los indígenas optaron por cambiar su recorrido para evitar confrontaciones; sin embargo, los llamados “Ponchos rojos” agredieron con sus chicotes a un grupo de vecinos que manifestaba su apoyo a la marcha.
El Gobierno aún no atendió el pedido de diálogo de los marchistas, y el vicepresidente Álvaro García Linera dijo que espera conocer si los indígenas buscan debatir sobre el Tipnis o la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob).
Las autoridades gubernamentales no permitieron que la caravana ingresara a la plaza Murillo, donde policías reprimieron a los marchistas con gas pimienta. Una vigilia fue instalada anoche por los indígenas en la plaza San Francisco, en espera de entablar el diálogo para la atención de su principal demanda, la anulación de la Ley 222 que establece una consulta “previa” en el Tipnis para definir si la carretera a Beni atraviesa o no esa reserva.
Los varones que componen la IX Marcha Indígena buscaban anoche la mejor forma de protegerse del frío en su primera noche de vigilia en la plaza de San Francisco, donde tienen previsto permanecer hasta que el Gobierno atienda sus demandas.
“Es un Gobierno insensible que no se ha conmovido, que ha sacado a sus militantes para agredirnos con dinamita. Podemos esperar de todo, sólo tenemos que estar unidos”, dijo el diputado indígena Pedro Nuni.
Al margen de esta vigilia, Nuni estableció que la dirigencia de la IX marcha planea varias estrategias que, “por razones obvias”, no se dan a conocer aún.
El presidente de la Cidob, Adolfo Chávez, calificó de “muchachadas” las declaraciones de García Linera, quien dijo que espera que los indígenas hagan llegar una agenda de negociación. “Antes de salir de la marcha, se envió la agenda. El objetivo es tratar de jugar con los pueblos indígenas”, dijo.
Sobre el pedido de “interlocutores válidos”, hecho por el senador del MAS, Adolfo Mendoza, Chávez indicó que el asambleísta “no puede juzgar a ningún dirigente, ya que la misma columna ratificó a sus dirigentes”.
Cálido recibimiento
La IX Marcha indígena fue recibida calurosamente por la población que se volcó a las calles para aplaudir a los marchistas y entregarles abrigos, mates de coca y pan como una muestra de solidaridad con su movilización.
La marcha partió de la localidad de Urujara, distante a 12 kilómetros de La Paz, con la bendición del sacerdote jesuita Xabier Albó. La marcha continuó rumbo a la plaza mayor de San Francisco. A medida que avanzaban por los barrios de Kalajahuira, Chuquiaguillo, Villa El Carmen y Villa Fátima, más personas salían a recibirlos y muchos se unían a la columna que partió reforzada con sectores como la Federación de Juntas Vecinales de El Alto, activistas e indígenas recién llegados.
Durante la bajada hacia La Paz, los médicos tuvieron que socorrer al menos a seis niños, a los cuales les faltó oxígeno y que fueron trasladados hacia la clínica La Merced.
Al entrar en Villa Fátima, varios vecinos lanzaron pétalos de flores, papel picado y mixtura a los indígenas, otros se acercaban a abrazar y poner guirnaldas de flores a los dirigentes, principalmente a Bertha Bejarano y Adolfo Chávez. En contrapartida, personas afines al MAS y miembros de la Asociación de Productores de Coca (Adepcoca), aprovecharon la oportunidad para insultar a la marcha indígena. No obstante, los movilizados decidieron no responder.
Ya cerca de la Plaza Villarroel, la columna hizo un alto debido a que la Policía advirtió que en ese lugar se concentraron los movimientos sociales que apoyan el “proceso de cambio”, a la espera de los indígenas. La marcha se detuvo por unos 20 minutos, tiempo en el que la dirigencia decidió cambiar su ruta ingresando por la avenida Tejada Sorzano, siguiendo por las calles adyacentes hasta llegar a la avenida Simón Bolívar, vía por la que se conectaron con la avenida Camacho.
A pesar de que tenían previsto ingresar a la avenida Mariscal Santa Cruz, de manera sorpresiva la marcha subió por la calle Ayacucho, dirigiéndose hacia Plaza Murillo. En las calles Ayacucho y Potosí, los marchistas se encontraron con una barricada policial que les cerró el paso al centro político del país.
Parte de la población paceña que acompañó a la marcha comenzó a insultar a los policías, les gritaban “¡vendidos!” porque hasta el martes estaban amotinados en la Plaza Murillo y ayer evitaban el ingreso. Los más osados arrojaron monedas de un boliviano y enseñaron billetes de 100 Tras la negativa de los custodios policiales, los indígenas decidieron bajar por la calle Potosí, aparentemente rumbo a la plaza de San Francisco. Pero, la marcha subió por la calle Colón, entró a la Indaburo y bajó por la Yanacocha hasta el cruce con la Ingavi, donde encontraron otro cerco policial que no los dejó entrar a Plaza Murillo.
Hubo un momento de tensión con insultos y objetos lanzados a los policías que respondieron con gas pimienta, que afectó principalmente a los líderes de la marcha. Los más afectados fueron Bertha Bejarano y el líder del Conamaq, Félix Becerra. Al ver que el intento de ingresar a kilómetro cero fue inútil, los indígenas se dirigieron a la plaza San Francisco. Una vez allí, lfueron recibidos por el alcalde de La Paz, Luis Revilla (MSM), quien les dijo que siempre serán bien recibidos en La Paz.
“Se pretendió atemorizar a la marcha y también a la población paceña para que no reciban a la marcha, pero pudo más el coraje y el compromiso que tiene La Paz con la marcha. No sólo damos la bienvenida, sino que resguardaremos y protegeremos a la marcha”, dijo Revilla.
En este acto, el arzobispo de La Paz, Edmundo Abastoflor ofició una misa como parte de la bienvenida a los marchistas. Exactamente, dos meses antes, los marchistas escuchaban misa en la catedral de Trinidad, donde Adán Bravo, párroco de la Santísima Trinidad, los bendijo.
Por: Gabriel Caero Rodríguez Los Tiempos