Marcha descansa en Urujara y espera al Gobierno (Los Tiempos, 26.6.2012)
LA LLEGADA AL CENTRO DE LA PAZ ESTÁ PREVISTA RECIÉN PARA EL MIÉRCOLES
Urujara | Los Tiempos
La IX marcha indígena no llega hoy a La Paz, como estaba previsto. Ayer los marchistas llegaron a Urujara, a 12 kilómetros de La Paz, y la directiva determinó invitar a dialogar al Gobierno, informó el presidente de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob), Adolfo Chávez.
El dirigente de los indígenas también señaló que la decisión busca demostrar que la llegada de la marcha no tiene ninguna relación con el conflicto policial, como lo había sugerido el Gobierno durante el fin de semana.
Alrededor de 1.000 personas llegaron ayer por la tarde hasta Urujara, cubiertas con lo que pudieron conseguir, pues carecen de ropa abrigada. A pesar del intenso frío que se siente en el sector de la cumbre y más del 80 por ciento de los marchistas están resfriados, el ánimo parecía renovarse al saber que el objetivo final ya está cerca.
Anoche la dirigencia de la IX marcha se reunió en Urujara, después de establecer su campamento. Cerca de las 21:00, Chávez informó que se determinó convocar al Gobierno a dialogar en ese lugar para evitar cualquier susceptibilidad respecto al objetivo de la marcha indígena, que es la defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
“Es por responsabilidad con el país”, sostuvo Chávez en alusión a que los marchistas no desean que su movilización sea relacionada con el conflicto policial surgido hace ya varios días.
Chávez señaló que hoy por la mañana se enviará una nota oficial de pedido de diálogo al Gobierno. Si el diálogo no se instala, la marcha tiene previsto partir a las 08:00 de mañana miércoles rumbo a la plaza Murillo.
Duro ascenso
El momento más duro para la columna de la marcha se vivió ayer en la subida de la cumbre. Muchos indígenas no aguantaron el frío y la altura y tuvieron que ser auxiliados con mate de coca y tabletas contra el dolor de cabeza ocasionado por el “mal de altura”.
“Ya falta poco, estamos cerca”, dijo Fernando Vargas, presidente de la Subcentral Tipnis, quien alentó a los marchistas a proseguir. Vargas encabezó la marcha ante la ausencia de Adolfo Chávez y Bertha Bejarano. En el caso de Chávez, éste se sintió mareado por el cambio de clima, mientras que Bejarano se fue directamente al campamento instalado por el grupo de avanzada debido a que uno de sus hijos menores estaba enfermo.
Una buena cantidad de marchistas tuvo que ser socorrida y trasladada en vehículos debido a que la altura y el frío doblegaron sus fuerzas, sobre todo a mujeres y niños.
A pesar de su mal estado de salud, los indígenas se mostraban animados durante el recorrido; sin embargo, destacaban los crespones negros atados a las banderas de sus organizaciones, recordando a los dirigentes Silvia Cunay y Alejandro Cayuba, muertos en un accidente vehicular la semana pasada.
A lo largo del camino, la solidaridad con los marchistas se hizo evidente puesto que muchas personas sirvieron mates y regalaron raciones secas a los indígenas, quienes agradecían los obsequios.
Anoche, en medio de fogatas, los indígenas cenaron fideos.
Por: Gabriel Caero Rodríguez Los Tiempos
Entre aplausos e insultos
La IX marcha indígena, a su paso por la carretera que une a La Paz con Los Yungas, recibió tanto aplausos como insultos de parte de la gente que transitaba en sus vehículos por el lugar.
Algunas personas gritaban “¡Viva la marcha!” y sacaban fotografías o grababan videos con sus celulares, algunas de ellas dijeron que lo hacían porque se trataba de una protesta histórica. Otras aprovecharon para bajarse de los vehículos y aplaudir de pie a los marchistas, además de darles ánimos para seguir. Algunas se acercaban a felicitar a los indígenas mostrándoles su respaldo.
A su llegada a la tranca de Urujara, varias personas los recibieron con aplausos y felicitaciones por haber logrado el ascenso hasta el lugar.
Tampoco faltó gente que insultaba a los indígenas, diciendo que su protesta responde a un movimiento político. A pesar de los insultos, los indígenas ignoraron las provocaciones y prosiguieron con su camino tocando los tambores y flautas que llevaron para darse ánimos durante los días de caminata.
Y no faltaron los indiferentes, entre conductores y pasajeros que iban rumbo a los Yungas, que no dieron la menor importancia al paso de los marchistas.
En casi dos meses de recorrido
Presiones y obstáculos en la ruta de la marcha
La IX marcha debía iniciar el recorrido el miércoles 25 de abril, en Chaparina (sitio en el que los indígenas sufrieron una intervención policial en 2011). Sin embargo, los bloqueos realizados por sectores sociales afines al MAS, no lo permitieron, señala un recuento hecho por la Fundación Tierra.
Por ello, la dirigencia de la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (Cidob) optó por convocar a sus bases a Trinidad para iniciar la caminata; sin embargo, el bloqueo no era el único escollo. Ocho organizaciones regionales, afiliadas a la Cidob, anunciaron que no participarían en la caminata, argumentando que les faltaban recursos, querían diálogo con el Gobierno y tenían acuerdos firmados con el presidente Evo Morales.
Aún así, la marcha salió de Trinidad apoyada, entre otras organizaciones, por la Confederación de Pueblos Étnicos Mojeños del Beni (Cepem-B), la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (Cnamib), los corregidores y habitantes de las comunidades del Tipnis y el Consejo de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq). Además, indígenas de base de las organizaciones contrarias a la movilización desafiaron a sus dirigentes y se sumaron a las filas de la IX marcha; entre ellos, sirionós de la CPIB.
El 8 de mayo, la columna indígena pasó por San Ignacio, donde las organizaciones sociales afines al Gobierno no les permitieron entrar al pueblo ni para escuchar misa. Los marchistas pasaron bordeando el pueblo entre abucheos e insultos.
Más adelante, en Yucumo, hubo una amenaza similar.
Ya en territorio paceño, las autoridades municipales y los productores de Caranavi quisieron evitar que acamparan en el lugar; pero la población civil acogió a la marcha.
Paralelamente, las autoridades gubernamentales cuestionaron a los dirigentes Bertha Bejarano y Adolfo Chávez. A Bejarano por haber cumplido, años atrás, una condena en Brasil por narcotráfico y una organización afín al MAS intentó desconocer como presidente de la Cidob a Chávez.
Por otra parte, el Gobierno también organizó incursiones al Tipnis, con periodistas, para entregar regalos e inaugurar obras.