Con poca comida, la marcha indígena avanzó bajo la lluvia (Página 7, 14-05-12)
Descanso Los caminantes se asentaron este domingo en la comunidad beniana Totaizal, luego de haber caminado más de 12 horas. Están a hora y media de San Borja.
Natalia Vargas / San Borja – 13/05/2012
Ni la lluvia ni el camino donde los pies se hundían como cuchillo en mantequilla evitaron ayer a las 4:00 la partida de la IX marcha hacia la comunidad Totaizal, a 45 kilómetros de la localidad de San Borja.
Así, los marchistas dejaron Santa Ana de Museruna y luego de casi 13 horas de caminata arribaron al lugar donde instalaron sus carpas, cocinaron y comieron en grupos cerca de las 16:00, con la carne de una vaca que les donaron.
El menú es variado en cada grupo; hay quienes comen una sopa, otros arroz con algo de carne asada, muchos un guiso. Los víveres aún escasean porque el camión que lleva alimentos para la marcha sigue varado en San Ignacio de Moxos, sin poder partir debido al mal estado de la vía.
De hecho, el almuerzo del sábado se sirvió cerca de las 17:00 por falta de carne. Y ayer los marchistas salvaron la situación como se pudo en cuanto llegaron a Totaizal. A eso de las 15:30 aún habían indígenas en el camino, sobre todo varones y jóvenes.
“Estamos cansados, caminar bajo la lluvia y sobre el barro es más complicado; así que hemos pensado que podríamos partir a San Borja el martes, pero aún lo debemos analizar”, comenta la líder Bertha Bejarano mientras amamanta a su bebé.
Luego de la comida en grupos, algunos se aprestaron a jugar un partido de fútbol, el resto prefirió descansar, ordenar su equipaje o armar sus carpas. Se apresuran porque el cielo amenaza con una lluvia que podría persistir hasta hoy.
La ambulancia, que ayer tuvo que trasladar a una marchista con diagnóstico de peritonitis hasta San Borja –desde donde será llevada a La Paz- , y algunos vehículos de apoyo hicieron el recorrido varias veces para trasladar maletas, cocinas, ollas y algunos niños que por su edad deben ir en brazos. Si bien el barro dificultó los pasos, el clima fresco los libró del intenso calor que caracteriza a estos lugares.
Uno de los caminantes informa que casi el 50% de los marchistas actuales también participó en la VIII marcha; la mayoría de los niños tiene menos de cinco años y con respecto a las clases perdidas por algunos pequeños en edad escolar, el marchista señala: “Ésa es nuestra cultura, nosotros vamos a todas partes con nuestros hijos”.
Varios de esos menores fueron testigos y víctimas de la represión a la marcha del año pasado en Chaparina, por fuerzas policiales. Y ahora que de a poco se acercan al lugar, los dirigentes aún no saben si se realizará algún acto conmemorativo; lo analizarán cuando arriben a San Borja.
En esa población las percepciones son variadas. En las tiendas y oficinas la gente habla de los marchistas, censuran que no quieran la carretera, pues la vía se ha convertido en pista de patinaje para las llantas de los carros. “Dicen que recorren el camino en la madrugada porque van en auto”, dicen algunos; otros, en cambio, simpatizan con su causa y los apoyan.